Una ilustración de las posibilidades y riesgos de la manipulación genética que implican prácticas como la biología sintética se puede encontrar en algo que está sucediendo en la crianza de perros.
Hace poco, en Norteamérica, en las camadas de galgos para carreras comenzaron a verse cachorros que en vez de tener la estampa estilizada propia de su raza, eran muy gruesos. Era un defecto genético como los que a veces aparecen en animales criados para que tengan determinadas características, tras varias generaciones de apareamientos endogámicos. Los criadores encargaron a los científicos que tomasen muestras de DNA a galgos de todo el país, a fin de determinar el origen genético de la anomalía y encontrar un método para evitarla. Los científicos lograron ambas cosas. De paso, averiguaron que la misma mutación que hace a unos galgos pesados, a otros los convierte en los campeones del canódromo. Los primeros tienen dos copias del gen defectuoso, que regula el desarrollo muscular, y los segundos, solo una.
Con esta especie se está trabajando genéticamente y de momento existe, por ejemplo, una prueba genética para obtener bellos y exóticos perros labradores de pelaje plateado. Pero, como los genes, en muchos casos, están relacionados con más de una característica, la selección de uno en busca de un rasgo determinado tiene a veces consecuencias imprevistas. Por ejemplo, el gen que proporciona labradores plateados favorece la aparición de enfermedades de la piel.
Ahora, los criadores ‘recurren a las pruebas genéticas para resolver problemas causados por ellos mismos’, dice Mark Derr, autor de estudios sobre historia de la cría de perros. Y añade: ‘Yo siempre uso el ejemplo de los perros para mostrar por qué no debemos andar tocando nuestro propio genoma’. Pienso que tiene razón.
Fuente: http://www.foyel.com/paginas/2009/04/261/la_genetica_canina_manipulacion_genetica_en_perros/