Una investigación ha analizado el papel de dos cepas específicas de bacterias para conocer su papel en la pérdida de peso de los perros con buenos resultados. Las cepas identificadas tienen capacidad de limitar la ingesta dietética, y de activar el metabolismo energético. Las cepas identificadas tienen capacidad de limitar la ingesta dietética, y de activar el metabolismo energético. Un nuevo estudio muestra que los probióticos podrían ser una solución para los perros que necesitan perder peso. En este sentido, los investigadores han identificado dos cepas de probióticos que ayudaron a los animales obesos a perder peso.
“Las cepas que seleccionamos cuidadosamente demostraron un éxito notable en la reducción del porcentaje de grasa corporal en perros”, señala Younghoon Kim, profesor de biotecnología agrícola de la Universidad Nacional de Seúl en Corea e investigador principal. Aunque aproximadamente la mitad de todos los perros son obesos, la afección ocurre con mayor frecuencia en perros mayores, apuntan los investigadores, por lo que examinaron las diferencias en los microbiomas intestinales de perros jóvenes y viejos. Así, descubrieron que los perros viejos experimentan una disminución en la población de dos especies de bacterias del ácido láctico, Bifidobacterium y Enterococcus.
Para ver si estas bacterias desempeñan un papel en la obesidad canina, los investigadores administraron dos cepas específicas (Enterococcus faecium IDCC 2102 y Bifidobacterium lactis IDCC 4301) a un grupo de beagles. Luego, los investigadores sometieron a los beagles a una dieta alta en grasas para ver si aumentaban de peso a pesar de los probióticos. Sin embargo, incluso con esta dieta, los beagles experimentaron una caída tanto de peso como de grasa corporal, acompañada de un aumento de su metabolismo energético. Los hallazgos fueron publicados en la revista Microbiology Spectrum.
“Lo que distinguía a estas cepas era su capacidad no sólo de limitar la ingesta dietética o mejorar la excreción para reducir el peso corporal, sino, más importante aún, de activar el metabolismo energético”, destaca Kim en un comunicado de prensa de la revista. Los resultados “confirmaron un cambio en la orientación metabólica del cuerpo hacia el consumo de grasa en lugar de la acumulación de grasa”, añade Kim. La pérdida de grasa corporal también proporcionó otros beneficios para la salud de los beagles, incluidos niveles más bajos de inflamación y una mayor producción de insulina. Además, el aumento de bacterias beneficiosas estimuló el sistema inmunológico de los perros que actúa en defensa contra las bacterias dañinas.
Lo que es particularmente alentador es que estos cambios no son fugaces, afirma Kim. Las bacterias intestinales persisten en el cuerpo de los perros, lo que garantiza que sus beneficios se mantengan en el tiempo. Por ello, pide más investigación sobre probióticos personalizados para mascotas. “Si bien se han identificado y establecido tipos de probióticos adecuados para el consumo humano o el ganado comercial, la ausencia de pautas estandarizadas para animales de compañía es una brecha evidente”, concluye.
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