Parece ser que existe una relación entre las convulsiones epilépticas y la concentración sérica de troponina I cardiaca de modo que la concentración de esta última sustancia aumenta tras las convulsiones que experimentan los pacientes.
En un experimento con ratas a las que se les sometió a convulsiones experimentales la troponina I cardiaca sérica se vio aumentada tras dichas convulsiones. Se supuso que esto era el resultado del daño del miofilamento cardiaco inducido por las convulsiones, y los autores sugirieron medir rutinariamente las concentraciones de troponina después de la actividad convulsiva. Teniendo esto en cuenta se realizó un experimento* para determinar si las concentraciones séricas de troponina I cardiaca, medidas tanto con una prueba de primera generación como con un ensayo de alta sensibilidad, eran mayores en perros con convulsiones generalizadas que en perros control. Otro de los objetivos era identificar variables clínicas asociadas con la concentración de troponina I cardiaca.
Para ello se realizó un estudio prospectivo de 30 perros con convulsiones generalizadas recientes y 30 perros control sanos. La concentración de troponina I cardiaca en suero se midió usando dos ensayos disponibles en el mercado, y se examinó la correlación de los factores clínicos con la concentración.
Las concentraciones séricas de troponina cardiaca I fueron más altas en los perros que tuvieron convulsiones recientes en comparación con los perros control cuando se midieron en ambos ensayos. Los predictores más claramente asociados con la concentración de troponina I cardiaca fueron el número de convulsiones y la edad. Ambos predictores se asociaron positivamente con concentraciones crecientes de troponina I.
La concentración de troponina I cardiaca en suero estaba elevada de forma significativa en los perros que tenían convulsiones generalizadas recientes en comparación con los controles, y las concentraciones fueron más altas en los perros que experimentaron más convulsiones. Esta asociación puede indicar que las convulsiones generalizadas están asociadas con daños en el miocardio.
Fuente: Portal Veterinaria