Las conocidas Gambusias son pequeñ;os peces pertenecientes a la familia de los Poecílidos originarios de centroamérica, concretamente en el área comprendida entre Alabama y Nueva Jersey, pero que actualmente se encuentra en casi todo el mundo debido a su introducción desconsiderada en distintos sistemas de agua dulce, algo que tenía como objetivo ayudar a erradicar a los mosquitos.
El problema de su presencia en los ríos, lagos y estanques foráneos consiste en su extrema voracidad, su descontrolada reproducción y elevada beligerancia (Los alevines de Gambusia atacan e incluso devoran los huevos y crías de muchas especies autóctonas), algo que ha propiciado el desplazamiento y la extinción de especies como la Carpa Europea, El Bagre, El Alburno y, en aguas frías, incluso el Tímalo y la Trucha, lo que las convierte en peces invasores altamente dañinos para los ecosistemas autóctonos y que ya están incluidas en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo de la UICN (Unidad Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Se trata de peces gregarios que viven en grupos muy numerosos en todo tipo de aguas (muy movidas y totalmente estancadas, desde muy duras hasta muy blandas, desde muy ácidas a muy alcalinas, con elevada contaminación, …) donde se ocultan entre las plantas y carrizos de las zonas poco profundas, entre troncos y entre rocas. El color marronoso del sustrato de ciertos hábitats les permite pasar desapercibidas ante los predadores terrestres (Aves principalmente) debido al color de su zona dorsal. Viven unos 2 o 3 años aproximadamente y tienen un tamaño máximo de 4 o 5 cm.
Presentan la forma típica de los poecílidos: Cuerpo cilíndrico, boca súpera y dorso aplanado. A diferencia del resto de especies, su color es muy poco llamativo, y consiste en un color marrón entre claro y oscuro, con algunas notas verdes. Todas sus aletas son transparentes. Las hembras presentan, en la zona anal, un punto negro que anuncia en el momento necesario la llegada de los alevines. Las aletas son pequeñas, rígidas y cortas, y no tienen ningún color visible. Sus ojos son grandes en comparación con su cuerpo. El dimorfismo sexual es muy visible: Los machos son dos o tres veces más pequeños que las hembras y presentan Gonopodio, órgano similar a un pene que usan para copular con las hembras durante la reproducción. Ellas, por su parte, son mayores y con la zona ventral abultada.
Mantenerlas en cautividad es muy sencillo: Basta una pecera redonda, agua, sustrato y algunas plantas de pequeño tamaño para satisfacer todas sus necesidades, si bien es mejor mantenerlas en acuarios bien equipados y saneados para que estén mucho mejor. El tamaño del tanque es importante, pues a las Gambusias no les gusta vivir en recipientes superpoblados, y se resienten rápidamente en estos casos. Un acuario de 100 litros es suficiente para un banco de 30 individuos, procurando siempre que hayan más hembras que machos. El acuario debe estar provisto de una buena maraña de plantas duras (e incluso de plástico), rocas y troncos para que se puedan esconder, y especialmente para evitar que los alevines sean devorados al nacer. El sustrato es mejor que sea fino y de color marronoso o, como mucho, ligeramente verdoso, ya que les suele gustar escarbar en él. No les gusta que el agua esté demasiado movida ni demasiado turbia, lo que las estresa bastante. Aunque lo toleran perfectamente, es mejor mantener bajos los niveles de nitrato, nitrito y amoniaco a través de frecuentes cambios de agua. Niveles demasiado altos de estos componentes acortan su vida o, peor aún, les causan todo tipo de enfermedades, siendo muy sensibles a la Columnaris, que para las Gambusias es mortal. Las condiciones del agua pueden variar enormemente: Temperatura entre 1 y 40 ºC, dureza entre 0 y 40 ºdGH y pH entre 4,5 y 9,5, siendo las aguas duras, alcalinas y templadas las más adecuadas para ellas. Las condiciones extremas no afectan a los adultos, aunque su reproducción se ve seriamente afectada.
Su alimentación natural la componen principalmente larvas de insecto, especialmente de mosquitos de todas las especies posibles, e insectos adultos de pequeño tamaño que puedan caer en la superficie del agua. Como en el resto de especies de la familia comen también algas e incluso plantas blandas, pues necesitan un considerable aporte vegetal en su dieta. Los huevos y alevines de otros peces también forman parte de su dieta natural. No presentan ningun problema para alimentarse en un acuario, pues comen escamas, gránulos, liofilizados, vivos y congelados, así como verduras, fruta, carne de pescado, ternera y también comen frutos secos, patatas fritas, palomitas, embutidos e incluso chocolate y dulces. Su alimentación ideal la componen larvas de insecto (ya sean vivas, congeladas o liofilizadas) y vegetales (algas y verduras principalmente), alternando una toma de cada componente cada día. Si no reciben suficientes aportes vegetales se comen los que hay en el acuario (algas, musgos, plantas blandas, etc…).
A pesar de su reducido tamaño y su aparente inofensividad, son tan o incluso más agresivas que muchos cíclidos africanos, y tienen la mala costumbre de morder las aletas y los ojos a todas las especies con las que convivan en el acuario (incluso a las más grandes), por lo que deben mantenerse totalmente aisladas en acuarios específicos. Únicamente en estanques muy grandes se las puede mantener con ciertos peces de gran tamaño y de los que puedan escapar, como los Koi. Si hay pocas hembras y muchos machos, estos se pelean constantemente por las hembras, mientras que estas se estresan enormemente, cayendo enfermas rápidamente, por ello se debe tener una proporción de tres o cuatro hembras por macho.
Se reproducen varias veces al año de forma ovovivípara (las hembras incuban los huevos en el interior de sus cuerpos). Los machos pasan el esperma a las hembras mediante el Gonopodio y se incuban durante dos semanas. Las hembras paren unos 40 – 50 alevines cada vez, que se ocultan entre las plantas u otros escondites para evitar que sus padres las devoren. Las crías se alimentan de cualquier cosa comestible, como alimento en escamas finamente triturado. Crecen con mucha rapidez y son poco sensibles a concentraciones elevadas de nitratos, aunque es mejor mantenerlos lo más bajos posible (menos de 10 ppm y 0 de nitrito y amonio) para evitar que mueran.