Los monos, y en general, los primates, son animales que nos llaman especialmente la atención por su parecido a nosotros. Pero ello no debe llevarnos a pensar que es buena idea tener un mono como mascota. Como todo animal exótico, sus requerimientos y su coste de mantenimiento son muy altos, pero además, hay una serie de razones por las cuales no se debería querer un mono como mascota, que te contamos a continuación.
En países como España la tenencia de primates por particulares está prohibida, y únicamente se pueden tener en núcleos zoológicos o para proyectos de conservación e investigación. Ello no impide que se vendan este tipo de animales, pero se hace de forma ilegal. Su compra puede suponer penas de cárcel y cuantiosas multas, además de sustentar el tráfico ilegal de especies amenazadas.
En muchas ocasiones se venden supuestamente con papeles, pero pueden ser falsificados fácilmente. En otros países está menos regulado, y es por ello que vemos vídeos en internet de gente con monos en su casa. Sin embargo, existen muchas razones por las que no deberíamos tener un mono como mascota, aunque fuera legal en nuestro país.
Transmiten enfermedades muy peligrosas. Como son primates, al igual que nosotros, monos y personas compartimos muchas enfermedades. Ello hace que tener un mono como mascota suponga un riesgo enorme para la salud.
Existen enfermedades que para estos animales no son peligrosas, pues son portadores que no enferman, aunque para nosotros podrían ser mortales. Un ejemplo es el herpesvirus B, presente en las poblaciones de macaco, que a nosotros nos causa una enfermedad neurológica mortal.
Al adquirirse estos animales de forma ilegal nunca pasan por el veterinario, y por supuesto, no llevan vacunas. Es por ello que no es raro que estos animales tengan enfermedades como el sida, por lo que pueden contagiarnos por mordiscos.