¿En qué consiste aplicar la psicología canina en la peluquería? Para realizar correctamente y sin problemas su trabajo, un profesional debe saber manejar al animal y contar con la colaboración del propietario. El principal problema que se puede encontrar un peluquero a la hora de hacer el arreglo a un perro es su comportamiento.
Si un animal no se está quieto, es muy sensible, le molesta todo o directamente se tira a morder, hará perder muchísimo tiempo al profesional, aparte de poner en riesgo su integridad física y psíquica. Un mal movimiento mientras se hace un corte a tijera puede hacer que el perro se lesione y hará que tenga el recuerdo de una mala experiencia en un sitio en concreto, lo que provocará que el animal se niegue rotundamente a ir a ese sitio, pasándolo realmente muy mal.
Por estos motivos es importantísimo una buena concienciación por parte del propietario: si el perro no está acostumbrado a ir a un sitio que no es su casa, con una persona que desconoce y donde lo van a manipular constantemente con olores y ruidos distintos, el animal entra en estrés, sin comprender nada, sufriendo un malestar enorme, e incluso con un alto riesgo de generar una conducta agresiva.
La agresividad por parte del can hacia el profesional puede deberse a varios factores, pero descartando que esté provocada por algún tipo de malestar físico o enfermedad, normalmente se debe a dos motivos principales: dominancia o miedo. Esta agresividad se suele dar cuando el can no quiere o le da muchísimo miedo que se le manipule una zona concreta de su cuerpo, como pueden ser las patas, zona sensible y que les suele molestar bastante.
Dependiendo del grado de agresividad no quedará otro remedio que utilizar un bozal. Si el animal es agresivo hasta tal punto que el peluquero no pueda ni siquiera acercarse, entonces aquí sí que se tiene que ser coherente y rechazar el trabajo.
Fuente: Especies Pro