El ser humano vive enamorado de los felinos desde la primera vez que un gato nos tocó con sus garritas, hace unos 9.500 años. Actualmente, más de ochenta millones de gatos viven en hogares estadounidenses, y se calcula que en todo el planeta hay tres gatos por cada perro. En España, en el año 2020 se registraron aproximadamente 3,8 millones de gatos como animal de compañía, según datos de Statista. Aun así, todavía desconocemos muchas cosas sobre nuestros amigos gatunos, como por ejemplo qué piensan de sus dueños.
Desde averiguar por qué algunos gatos odian las caricias en la barriga, cómo consiguen sus rayas o si reconocen los nombres, los misterios sobre estos felinos son una de las cosas que más curiosidad nos producen. Aunque los gatos son capaces de captar algunas señales sociales humanas y son sensibles a nuestras emociones, probablemente estén menos sintonizados con nuestras relaciones sociales que los perros, según un estudio publicado por Animal Behavior and Cognition en marzo de 2021.
John Bradshaw es un experto en conducta gatuna de la Universidad de Bristol y autor del libro Cat Sense (En la mente de un gato). Tras observar a gatos domésticos durante varios años, ha llegado a una conclusión parecida: los gatos no nos entienden como los perros. Tras sacar su libro, compartió algunas de sus ideas con National Geographic.
¿Por qué empezaste a interesarte por el comportamiento de los gatos?
Durante los primeros veinte años de mi carrera estudié el comportamiento olfatorio de los invertebrados. Siempre me ha fascinado ese otro mundo en el que habitan los animales, un mundo sobre todo olfativo, que es el sentido primordial en los perros. De modo que a principios de la década de 1980 empecé a trabajar en conducta canina. [Más tarde] no tardé en sentir fascinación por los gatos, y por cuál es su idea del mundo comparada con la nuestra.
¿A qué se dedica en sus investigaciones?
Hago mucha observación: observo grupos de gatos para analizar cómo interactúan y deducir su estructura social. [Observo] gatos en colonias en las que se mueven libremente, y en refugios para animales en los que muchos de ellos tienen que vivir juntos. Se observan dinámicas interesantes [cuando llegan nuevos gatos]. También he hecho experimentos algo más manipulativos, como estudiar su manera de jugar con juguetes, o analizar [las conductas de] los gatos en distintos momentos del día. [También observo] su relación con sus dueños, los entrevisto y les entrego cuestionarios para averiguar cómo perciben a sus gatos.
¿Por qué llega a la conclusión de que los gatos no nos entienden igual que los perros?
Se han llevado a cabo muchas investigaciones con perros, sobre cómo los perros interactúan con las personas. Ha quedado muy claro que los perros nos perciben como algo distinto a ellos mismos: en cuanto ven un humano, cambian su comportamiento. Un perro juega con un humano de una forma totalmente distinta a la que usa para jugar con otro perro. Todavía está por descubrir algo en la conducta gatuna que sugiera que nos meten en una cajita distinta a la hora de socializar con nosotros. Obviamente saben que somos más grandes que ellos, pero no parece que adapten demasiado su conducta social. Levantar la cola, frotarse contra nuestras piernas, sentarse a nuestro lado, es exactamente lo que hacen los gatos con otros gatos.
He leído artículos en los que usted afirma que los gatos nos consideran gatos grandotes y tontos. ¿Es así?
No. En el libro [afirmo] que los gatos se comportan con nosotros de un modo idéntico al que emplearían con otros gatos. Sí piensan que somos torpes: no muchos gatos tropezarían con la gente, pero nosotros sí tropezamos con los gatos.
Pero no creo que nos consideren tontos ni estúpidos, ya que los gatos no se frotan contra otro gato que sea inferior a ellos.
¿Podemos llegar a descubrir qué es lo que piensan los gatos sobre nosotros?
Son necesarias más investigaciones. No es un área que haya recibido atención suficiente. No son animales salvajes, por lo cual los ecologistas [tal vez piensen], «bueno, en realidad no son animales».
¿Qué es lo que más le ha sorprendido durante sus investigaciones?
Lo estresados que están muchos gatos domésticos sin que sus dueños se den cuenta, y cuánto afecta esto a la calidad de su salud mental y su salud en general. Los gatos no [siempre] se llevan bien con otros gatos, [y la gente no se da cuenta de] lo mucho que eso puede estresarlos. Dejando a un lado las visitas de rutina, la principal causa de visitas de gatos al veterinario son las heridas sufridas en una pelea con otro gato. [Misteriosamente, más gatos sufren] dermatitis y cistitis [inflamación de la vejiga], y cada vez es más patente que estos problemas médicos empeoran por el estrés psicológico. [Por ejemplo], la inflamación de la vejiga está relacionada con las hormonas del estrés presentes en la sangre.
Una solución es analizar el estilo de vida social del gato, en lugar de atiborrarlo de fármacos. [Por ejemplo, esto podría implicar asegurarse de que] dos gatos que [no se lleven bien] vivan en zonas opuestas de la casa. A menudo con eso el problema desaparece. Tengo algunas preguntas que han hecho propietarios de gatos a través de Facebook. En primer lugar, ¿por qué aúllan los gatos cuando están solos en una habitación? Los gatos aprenden cómo reaccionan sus dueños cuando hacen un ruido en particular. De modo que si el gato piensa «quiero que mi dueño venga de la otra habitación», intenta vocalizar. Aprenden de modo directo.
¿Por qué algunos gatos tratan de una forma especial a uno de los humanos que forman el hogar?
Son mucho más listos de lo que creemos: aprenden lo que funciona con esa persona. Saben si [un miembro de la familia] tiene tendencia a levantarse a las cuatro de la mañana y darles una golosina.
¿Por qué los gatos mueven las patas como si amasaran?
Es una conducta que utilizarían con su madre. Todos los comportamientos que muestran hacia nosotros derivan de un modo u otro de la relación entre madre y cría. El gatito tiende a levantar la cola, frotarse con su madre, mover así las patas y ronronear. Y a cambio las madres los lavan y arreglan.
Así que usan conductas que ya tienen en su repertorio para comunicarse con nosotros. No existen tantas conductas distintas, tal vez media docena. ¿Se puede adiestrar a un gato?
Sí. Los gatos pueden aprender lo que no deben hacer. Si tu gato ha desarrollado la costumbre [de subirse a la mesa de la cocina], hay unas cuantas formas de evitarlo. Se puede usar un juguete que tenga un muelle, de tal forma que cuando el gato suba a algún sitio, el juguete salte por el aire –al gato eso no le gustará y bajará. Otra [estrategia] razonable y benigna es usar una pistola de agua. Pero asegúrate de que el gato no sabe que la tienes. Los gatos no perdonan, y cuando se dan cuenta de que una persona les provoca ansiedad o les hace daño, mantienen las distancias.
¿Qué te gustaría que supiesen los dueños sobre sus gatos?
Que reconociesen que los gatos son animales sociables hasta cierto punto, pero no tanto como los perros. Mucha gente que tiene un gato decide que quiere tener otro, pensando que dos gatos serán el doble de divertidos. Pero tal vez los gatos no lo vean así. El mensaje sencillo que me gustaría transmitir es que si quieres tener más de un gato, tengas cuidado, y estés preparado para renunciar a la idea si no sale bien.
https://www.nationalgeographic.es/animales/que-piensan-los-gatos-de-nosotros