La mala salud dental en tu mascota puede afectar sus órganos vitales, como el corazón, riñones y cerebro. Algunas razas son más propensas a desarrollar enfermedades dentales que otras, estas son las razas pequeñas, las miniatura, las razas de caras chastas como los pugs, y ciertas razas grandes como el boxer y el labrador retriever. Si tu perro es propenso a desarrollar alguna enfermedad dental, hay muchas acciones que puedes tomar para conservar su salud bucal, ´como es alimentarlo adecuadamente, ofrecerle huesos crudos para masticar, cepillar sus dientes todos los días, y realizar exámenes regulares en casa o con un veterinario
Muchos padres de mascotas dan por hecho que el estado de los dientes y encías de sus perros no afecta su salud, pero esto podría ser solo una suposición. De acuerdo con lo que comentó en una entrevista con PetMD, el Dr. Jan Bellows, veterinario dentista del Hospital Animal Hometown y de la Clínica Dental en Weston, Florida:
“Las toxinas de la enfermedad periodontal son absorbidas por el torrente sanguíneo. A medida que los riñones, el hígado y el cerebro filtran la sangre, pueden presentarse infecciones pequeñas que provoquen daño permanente y algunas veces mortal a los órganos.” Las bacterias presentes en la enfermedad periodontal producen toxinas que pueden dañar el tejido cardiaco, renal y cerebral. También es posible que las bacterias viajen por el torrente sanguíneo y se establezcan en los tejidos de las válvulas cardiacas, riñones e hígado.
Cuando se acumula placa en los dientes de los perros, en pocos días se endurece y se convierte en sarro. El sarro se adhiere a los dientes e irrita las encías. Las encías irritadas son el resultado de un padecimiento conocido como gingivitis. Las mascotas con este padecimiento presentan encías rojas en lugar de rosas, y frecuentemente tienen muy mal aliento. Si no se elimina el sarro de los dientes de tu mascota, este se acumula debajo de las encías, que eventualmente se separen los dientes. Esto crea pequeños bolsillos en el tejido de las encías que atrapan aún más bacterias en la boca.
Fuente: Mercola