Los principales desafíos de salud pública que enfrentan las entidades privadas para reanudar las operaciones y las formas en que esto podría hacerse de manera más efectiva. A medida que aumenta la presión económica y política para relajar las órdenes de salud pública de “confinamiento en el lugar” para el control de la enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19), la industria, las empresas de servicios profesionales, los establecimientos minoristas y de servicios, y las instituciones educativas buscan establecer normas que protejan a los trabajadores, clientes, clientes, estudiantes y visitantes.
Una orden de salud pública representa un estándar mínimo de prevención de enfermedades, cuyo cumplimiento no es electivo, pero puede no cumplir con todos los requisitos legales con respecto a la seguridad personal de los trabajadores y otros.1 La cláusula de “deber general” de la la Ley Seguridad y Salud Ocupacional requiere que todos los empleadores tomen medidas razonables para reducir el riesgo para los empleados, 2 y los establecimientos tienen obligaciones de derecho consuetudinario para garantizar que sus instalaciones abiertas al público se mantengan en condiciones seguras sin riesgos ocultos, razonablemente evitables.3
Conducta responsable de una empresa o instalación en una pandemia representa oportunidades para que las entidades privadas contribuyan a la salud pública mediante la implementación de medidas de control de enfermedades tradicionales e innovadoras, como el rastreo de contactos con el uso de aplicaciones móviles en dispositivos personales.
El Consejo de Alta Tecnología de Massachusetts, como la principal asociación de la industria tecnológica y biomédica en ese estado, reunió recientemente a un grupo de expertos médicos, comerciales y legales (incluido el primer autor) para abordar estos problemas y ayudar al gobierno estatal a determinar los estándares de reapertura.4
En este artículo, basándose en el trabajo de ese panel de expertos, buscamos identificar los principales desafíos de salud pública que enfrentan las entidades privadas para reanudar las operaciones en el sitio y explorar las formas en que esto podría hacerse de manera más efectiva, de acuerdo con las regulaciones aplicables. Nos enfocamos principalmente en la operación de establecimientos comerciales, particularmente en lo que respecta a trabajadores y clientes.
Las instituciones educativas y otras instituciones y servicios enfrentan desafíos más amplios, debido a sus relaciones de custodia y cuasi custodia con estudiantes y clientes, que a menudo no tienen relación laboral con estas entidades, pero cuyos lazos institucionales cercanos les llevan a pasar mucho tiempo continuo dentro de sus instalaciones. Destacamos casos en los que las relaciones entre estudiantes y clientes plantean desafíos que son sustancialmente diferentes de los que asisten a establecimientos comerciales.
Los centros de salud, debido al riesgo agudo de transmisión de personas enfermas, requieren prácticas de control de infecciones más intensas que ya están bien exploradas y no se recapitulan aquí.
Medidas de prevención de “baja tecnología” en las operaciones diarias
En todo el país, muchas industrias, servicios y oficinas que se consideran representa “operaciones esenciales” bajo la orientación federal pertinente5 y las órdenes estatales de salud pública6,7 han permanecido abiertas, incluidos hospitales y algunas clínicas, en las que los servicios prestados requieren asistencia personal y contacto cercano. LEER MÁS . . . https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=96317&fuente=inews&uid=317560&utm_source=inews&utm_medium=inews&utm_campaign=inews