El nuevo coronavirus, surgido en el mundo de la superpoblación y la emergencia climática, deja al descubierto la relación entre el bienestar de las personas, del resto de seres vivos y del planeta. También evidencia la necesidad de encarar los próximos retos sanitarios desde una perspectiva única en la que veterinaria y ecología se unan a la medicina. Tres cosas hay en la vida: salud, salud y salud. No es la versión malograda de una famosa copla. Son las tres formas que se unen bajo el concepto de ‘una salud’ – one health, en inglés – : la humana, la animal y la ambiental. Esta es la historia del virus del sida, de la gripe aviar y ahora la del nuevo coronavirus. Además de una crisis de salud pública, la pandemia actual también es una crisis ecológica que precisa de soluciones con una aproximación global.
168.000 gallinas por trabajador. Este es el número de gallinas ponedoras que puede gestionar un solo empleado de este mega complejo avícola de puesta con 3 millones de gallinas ponedoras. Además de la automatización total en la recogida de los huevos y suministro de agua y pienso, esta granja propiedad del Grupo CP cuenta con robots que detectan y retiran las gallinas muertas cada día. Ubicada al Noreste de Beijing, China, es la mayor instalación de este tipo en Asia. Foto de George Steinmetz. “Tenemos un solo mundo y una sola salud”, resume en un artículo publicado en la revista Medicina Clínica Antoni Trilla, jefe del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic. En conversación telefónica con SINC, subraya la necesidad del trabajo conjunto de epidemiólogos, veterinarios, virólogos y más especialistas para dar una respuesta adecuada a la COVID-19. “Lo que le pasa a uno puede acabar siendo un problema de todos y montar un lío como el que tenemos ahora”, dice Trilla, que también es decano en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona – ISGlobal
“LOS ANIMALES PUEDEN CONVERTIRSE EN EL CHIVATO QUE NOS INDIQUE CUÁNDO ESTÁ EMPEZANDO A CIRCULAR UNA ENFERMEDAD”
El nuevo coronavirus ha surgido en el mundo de la superpoblación, la globalización y la emergencia climática. La magnitud de la pandemia refleja las conexiones que existen entre las personas, los demás seres vivos y su entorno, tanto a escala local como global. “Siempre ha habido epidemias, pero no con esta envergadura ni esta frecuencia”, resalta a SINC Jordi Serra-Cobo, del Instituto de Investigación de la Biodiversidad – IRBio -. La pandemia actual es un “ejemplo extremo”, coincide Trilla.
«Siempre ha habido epidemias, pero no con esta envergadura ni esta frecuencia», señala Jordi Serra-Cobo.La COVID-19 ha desnudado sistemas sanitarios y ha evidenciado la necesidad de respuesta global ante la crisis. “La ciencia ha respondido muy rápido, con todas las incertidumbres y complejidades del momento”, comenta a SINC Antoni Plasència, director general de ISGlobal. En cambio, es más crítico con la reacción más bien débil y aislacionista de los gobiernos: “No es una respuesta a la altura de los retos de la salud global”, otro concepto que recuerda que la salud no entiende de fronteras. “El virus se comporta igual en todas partes”.
En España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas – CSIC- ha creado la plataforma Salud Global, que ya agrupa a unos 300 grupos de investigación de toda la geografía española que trabajan en unos 60 proyectos multidisciplinares. “Casualmente nació el 11 de marzo -el mismo día que se declaró la pandemia por coronavirus-”, cuenta a SINC su coordinadora, Margarita del Val. “La orientación de salud global es una orientación de futuro”, asegura la viróloga del CSIC.
Economías emergentes de zonas muy pobladas
Si retrocedemos en una descripción ordenada de los hechos, el epicentro de la pandemia tuvo lugar en un mercado de animales de Wuhan, una ciudad de más de once millones de habitantes. “Los mercados de animales vivos, tanto si son salvajes como domésticos, son un foco de generación de virus, porque los animales y los humanos entran en contacto”, explica a SINC Natàlia Majó, directora del Centro de Investigación en Sanidad Animal – IRTA-CReSA – y profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona – UAB . A finales del año pasado, el nuevo coronavirus saltó de un animal aún sin determinar a las personas, aprovechando la densidad de población y los viajes por el año nuevo lunar para extenderse.
El principio de esta historia reúne los tres factores que, según Serra-Cobo, son claves en una epidemia: el salto de un patógeno de una especie a otra, la capacidad de amplificación y la movilidad. “No es que en el sureste asiático haya más patógenos, sino que es una zona emergente, con mucha demografía y muy conectada”, apunta este experto, que hace treinta años que estudia la dinámica y el origen de estos microbios. Además de las zoonosis, que saltan de animales a humanos, otros problemas que conciernen a todo el planeta son la resistencia a los antibióticos, la seguridad alimentaria, las enfermedades crónicas y los trastornos mentales. LEER MÁS EN: https://avicultura.com/la-trinidad-para-afrontar-futuras-pandemias-una-sola-salud-humana-animal-y-ambiental/