Biogás: los purines también dan dinero

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Convenientemente tratados los purines son una fuente de metano biológico que puede aportar importantes rendimientos económicos a una granja y además reducir las emisiones de efecto invernadero.

Todo el sector está pendiente de la implantación de la prohibición de esparcir estiércol y purines mediante cisternas con sistemas de plato, cañón o abanico a los ganaderos y agricultores que quieran recibir ayudas de la PAC con el objetivo de reducir los niveles de emisiones de nitrógeno. Se señala al ganado porcino como el gran villano de la acumulación de nitrógeno en suelo y aguas y parece que la única opción es gastar dinero para tratar y neutralizar los purines.

En estas circunstancias la tecnología para producir biogás a partir de las deyecciones del porcino aparece como una oportunidad para dar valor a los desechos orgánicos que se producen en una granja y de paso mejorar la sostenibilidad de la explotación y su impacto en el medio ambiente. Los purines pueden pasar de ser un gasto a formar parte de los ingresos de la granja. Los purines producidos por cada 5 cerdos pueden generar energía eléctrica suficiente para cubrir el consumo medio de un ciudadano europeo en un año.

Además el biogás es la única energía renovable que puede usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: eléctrica, térmica o como carburante y que puede almacenarse y estar disponible para ser utilizada cuando se necesita. Como ejemplo, gracias al biogás dispondremos de electricidad de fuentes renovables cuando aún es de noche, podremos regar los campos al amanecer y al anochecer (no al mediodía como obliga la energía solar fotovoltaica) e incluso muy pronto podremos conducir un tractor impulsado por biogás.