Lo bueno, lo malo y lo feo del cerdo

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¿Qué Wolfgang Amadeus Mozart murió por comer una chuleta de cerdo?.

Eso sugiere un nuevo estudio, según el cual el compositor austríaco presentó fiebre, salpullido, dolor en los miembros e inflamación, síntomas que coinciden con los causados por la triquinosis, dijo Jan V. Hirschmann del Centro Médico del Sonido Puget, en Seattle.

Hirschmann destaca una carta que Mozart le escribió a su esposa, 44 días antes de enfermarse. ‘ A qué huele?… chuletas de cerdo! Qué gusto!: me las como a tu salud’, decía el compositor.

Hoy el riesgo al comer una deliciosa chuleta de cerdo puede ser alto si la carne no tiene el tratamiento, la producción y el manejo adecuados. Una mala cocción y la contaminación de una lombriz pueden causar triquinosis y otros males. Y en esa época de Mozart, al decir de los expertos, ese sí que era un problema.

La teoría según la cual la muerte del genio de la música se debió a la deliciosa chuleta se suma a una larga lista de hipótesis sobre su muerte. Son más de 150 que dicen, entre otras, que falleció debido a la fiebre reumática, a cálculos renales, afecciones cardiacas, neumonía e incluso se ha dicho que fue intoxicado.

Ninguna es descabellada, pues en el caso específico del porcino, es conocido que puede producir algunas enfermedades y hasta se convirtió en el coco de generaciones, que lo veían con mal ojo y lo relacionaban con mala higiene, desaseo y enfermedad, haciendo gala a sus sobrenombres de cochino , puerco , marrano y cerdo .

Tanta ha sido la preocupación sobre este alimento, que se han hecho todo tipo de ensayos, estudios, cambios en la crianza y en la nutrición de esta especie con buenos resultados, según la Asociación Colombiana de Porcicultores. Debido a ello, últimamente parece tener una mejor reputación.

El secreto está en la higiene de la crianza y la inspección veterinaria. Las entidades gubernamentales deben reforzar la inspección a la hora del sacrificio de los animales y la vigilancia epidemiológica general de los cerdos , dice Gloria Ospina, microbióloga.

Adicionalmente, existen pruebas especiales para saber si la población ha estado expuesta a los parásitos transmisores de enfermedad.

Un buen cochino.

El principal temor de quienes consumen cerdo es el de contraer enfermedades como la cisticercosis y la triquinosis, pues el riesgo, aunque ha disminuido notablemente, no desaparece sobre todo porque no en todas partes se siguen las pautas de mejora de la cría ni de inspección.

La triquinosis es una de las enfermedades parasitarias más comunes relacionadas con el consumo de cerdo. Es producida por un gusano llamado Trichinella (se conocen cinco especies que pueden causar infección en los humanos). Este se enquista en los músculos de animales que se alimentan con la carne cruda contaminada, y es, precisamente, el cerdo el más afectado cuando recibe desechos de comida cruda en los basurales, o cuando en los criaderos hay ratas que se convierten en transmisoras de la enfermedad.

Al consumir la carne contaminada, el hombre también adquiere las larvas que son liberadas por los ácidos del jugo digestivo. Estas larvas invaden la mucosa del intestino, maduran y se convierten en gusanos. Estos, a la semana liberan larvas recién nacidas que van por la circulación hasta ubicarse en los músculos y allí se enquistan formando huevos , explica Fernando Sierra, gastroenterólogo de la Fundación Santa Fe.

La triquinosis humana casi siempre obedece a la ingestión de productos porcinos infectados y puede aparecer en cualquier lugar del mundo en donde se ingiere carne de cerdo doméstico o salvaje, o de otros animales que se infectan por no ser alimentados adecuadamente , explica Sierra.

Agrega que la mayoría de las infecciones son leves, incluso sin ningún síntoma. Sin embargo, a veces se vuelven graves y producen diarrea, dolor abdominal, nauseas o vómitos. En la segunda semana aparecen dolores musculares, edema alrededor de los ojos y de la cara, hemorragias en las conjuntivas y en los lechos de las uñas, y a veces brote, tos y asfixia. También se puede comprometer el cerebro y el corazón.

Otra de las enfermedades que pueden transmitirse por el consumo de carne infectada de cerdo, es la cisticercosis que ocasiona daños en el cerebro humano, ataques epilépticos, lagunas mentales e incluso la muerte.

Eva Shiutto, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en Internet, explica que este mal ‘puede afectar el Sistema Nervioso Central humano, alojándose en este compartimento y causando una enfermedad que es muy frecuente y muy seria en nuestro medio, la neurocisticercosis’.

La teniosis tenia o solitaria también forma parte de la lista negra de aliados del cerdo criado en malas condiciones o mal preparado. Tiene que ver con la calidad del agua y el mal mantenimiento de los animales , dice Ospina.

Es una infección producida por los helmintos de la familia Taenidae en su fase adulta. Existen dos especies que afectan a los humanos: Taenia solium y Taenia saginata, que son transmitidas por el cerdo y las reces. Generalmente es asintomática, ya que produce daño mínimo en la mucosa intestinal. El diagnóstico se realiza a través de pruebas de laboratorio.

La higiene también incluye a los humanos, pues uno de ellos que esté infectado puede enfermar a los demás. Por eso, se recomienda también que las personas se desparasiten con frecuencia.

COMO PREVENIR LOS PROBLEMAS.

Pese a sus contradictores, la carne de cerdo es un alimento de excelente sabor, con un contenido proteico y de grasas que aporta nutrientes importantes al hombre, dice Lucía Correa de Ruiz, presidente de la Asociación Colombiana de Dietistas y Nutricionsitas.

En la actualidad, agrega, hay un control desde el momento mismo de la concepción de los animales y se controlan las razas, se alimentan en forma balanceada.

De todas maneras, aún hay dudas, como las de los Musulmanes que evitan comer cerdo y todos los productos derivados, porque en su mismo libro sagrado El Corán, Allah pide a los creyentes comer solo cosas buenas y nada de marrano.

Otros simplemente le sacan provecho, como los franceses, quienes lo tienen como base de sus platos y el gusto por él se hereda de familia a familia. O los mexicanos, en donde el consumo de su carne ocupa el tercer lugar en el país.

En Colombia, pese a que muchos no aguantan la tentación de deleitar su paladar con los huesos de marrano del paseo dominguero, los frijoles con garra, el chicharrón y la lechona, el consumo de carne de cerdo no es muy alto. Mientras en Europa se consume algo más de 40 kilos de carne por persona cada año, en Colombia apenas sobrepasa los seis.

Para prevenir enfermedades, los especialistas sugieren que los cerdos se críen adecuadamente, que no se alimenten con desechos de comida, que no haya ratas en los criaderos y que se tenga una inspección adecuada antes de su venta y distribución.

Durante el crecimiento de los cerdos es importante una asesoría veterinaria, y someterlos a desparasitación regular. Igualmente debe vigilarse el sacrificio , dice Gloria Ospina, microbióloga.

A las amas de casa se les recomienda que no compren carne de cerdo en cualquier parte sino en sitios de confianza, higiénicos y seguros; que eviten el consumo de este alimento en ventas callejeras o de dudosa procedencia.

Obviamente, la cocción adecuada de la carne es fundamental. Esta debe hacerse a temperaturas mayores a los 60 grados centígrados, pues las larvas se destruyen cocinando la carne hasta que desaparezca su color rosado. Otra opción es congelarla a menos 18 grados centígrados, durante tres semanas, antes de su consumo, y hacer una buena preparación.

Fuente: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-427265