Hace 30 años surgió la idea de construir una cinta transportadora como las que se usan (o usaban) en avicultura. Acelerar y simplificar el movimiento de los lechones. Sabemos que mover lechones, ya sean pequeños o grandes, es un trabajo arduo, que requiere esfuerzo físico y tiempo. Dado que en muchas granjas el personal, por diversos motivos, siempre es “demasiado poco” y el tiempo… igual, debemos tratar de simplificar y adquirir herramientas que puedan facilitar los trabajos rutinarios, como por ejemplo el traslado de los lechones de la transición, cuando pesan unos 20 kg, hasta el engorde.
En esta granja el movimiento de los lechones todavía es más complejo: los corrales están levantados unos 70 cm del suelo. Los lechones llegan desde la sala de partos (enfrente) y permanecen en estos corrales hasta los 60 días de edad o unos 20 kg, una transición “clásica”.
Al estar los corrales elevados es difícil agarrar los lechones a mano y bajarlos al suelo para seguir “a pie” hasta la sala de engorde. Por lo tanto, hace más de 30 años, surgió la idea (a partir de lo que se hace, o hacía, en avicultura) de construir una cinta transportadora que pudiese salvar esta altura y llevar a los lechones directamente al remolque de transporte, quedando el único esfuerzo de poner los lechones en la cinta.
Hoy en día la idea sigue funcionando: la cinta transportadora sigue siendo la misma, sólo se ha sustituido la banda de goma, equipada con un relieve antideslizante. Además, mientras los lechones están en la cinta, se pueden realizar algunas intervenciones, como vacunaciones. El transportador es totalmente metálico, con paredes laterales de unos 50 cm, y es, evidentemente, eléctrico. Cuando se utiliza, se sujeta a una guía de la sala y también tiene ruedas para simplificar su movimiento.