Diarrea por E. coli: la visión del veterinario clínico

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Para diagnosticar E. coli hay que descartar los otros agentes causales de diarrea en las primeras fases de la transición, incluyendo GET, DEPv, dCoVP, rotavirus y salmonelosis, y realizar un cultivo a partir de un hisopo rectal.

La colibacilosis, o diarrea causada por la infección por E. coli, es una de las diarreas más comunes a las que los veterinarios de campo tenemos que enfrentarnos en las transiciones. Yo hago mi diagnóstico de diarrea por E. coli descartando todos los demás agentes que pueden causar diarrea a principios de transición, incluyendo GET, DEPv, deltacoronavirus porcino (dCoVP), rotavirus y salmonelosis, junto con un cultivo positivo a E. coli a partir de hisopos rectales de lechones. No baso mi diagnóstico de E. coli en muestras ambientales.

Presentación

La presentación más común de diarrea por coliformes que me suelo encontrar se produce en lechones de principios de transición (3-5 semanas de vida) y consiste en una diarrea moderada, suelta y acuosa. Normalmente tienen un color marrón claro y una consistencia muy suelta. Raramente veo diarrea por E. coli con moco o sangre. Estos cerdos tienen un comportamiento normal durante la mayor parte del tiempo, pero pierden peso con la diarrea. Suelen responder muy bien al tratamiento con antibióticos en el agua o en el pienso, y la mortalidad es bastante baja, viéndose especialmente afectados los débiles o los retrasados.

Raramente me encuentro con enfermedad de los edemas o síntomas neurológicos. Cuando los hay se producen en la primera fase de la transición (1-2 semanas post-destete) y se presentan con un cuadro neurológico hiperagudo y elevada mortalidad. A diferencia de los cerdos afectados por diarrea, los cerdos más afectados por la enfermedad de los edemas suelen ser los más grandes y sanos.

Aquí nos centraremos en los casos de diarrea ya que es la manifestación más común de E. coli con la que me encuentro en mi zona de trabajo, la parte oriental del ‘cinturón del maíz’ de EEUU.

Diagnóstico

Cuando me enfrento a un caso sospechoso de diarrea por E. coli, primero me aseguro de observar el ambiente, midiendo la temperatura y la humedad. Muchas diarreas pueden prevenirse con un ajuste adecuado de la temperatura y la ventilación. Si veo una diarrea suelta, acuosa, de color marrón claro en cerdos más o menos normales, sospecho que el agente causal es E. coli. Las muestras que recojo siempre incluyen hisopos fecales de los cerdos afectados. Suelo recoger intestino delgado y grueso de los animales con afección aguda para reforzar el diagnóstico. Prefiero los hisopos rectales ya que los de ambiente pueden estar contaminados y ser más difíciles de interpretar. Siempre tengo en cuenta todo el abanico de enfermedades que pueden causar diarrea, incluyendo PCR para DEPv, GET y rotavirus, así como cultivos para Salmonella y E. coli. Hago el diagnóstico de E. coli descartando los organismos citados, cultivando el E. coli y por las lesiones histológicas concurrentes.

Tratamiento y control

Para realizar el tratamiento y la prevención de E. coli tengo en cuenta dos cosas: el cerdo y el ambiente. Para el cerdo utilizo la vacunación de las madres y un uso razonable de antibióticos preventivos, mientras que las medidas para el ambiente pueden resumirse en dos: limpiar y secar.

El cerdo

La primera línea de defensa son los anticuerpos maternales. Recomiendo vacunar 3 semanas antes del parto para que las cerdas tengan tiempo para producir anticuerpos en el calostro. Si sé que los cerdos tienen dificultades con E. coli en la transición, me planteo la administración de una dosis de antibiótico de amplio espectro al destete que cubra frente a E. coli, junto con un antibiótico en el primer pienso de la transición. Decido el tratamiento en base a la evaluación diagnóstica del grupo anterior y en el test de sensibilidad a antibióticos. Añadir electrólitos al agua inmediatamente tras su llegada también ayuda a estos cerdos.

También utilizo vacunación oral frente a E. coli en los lechones pre- y post-destete. Según mi experiencia, han sido moderadamente efectivas en la reducción de los signos clínicos de diarrea por por E. coli. El uso de estas vacunas en combinación con la limpieza adecuada de las transiciones además de un seguimiento con tratamientos individuales de los cerdos que continúan con síntomas, me funciona bien. Hay que recordar que las vacunas nunca son 100% efectivas, pero que el uso de estas vacunas orales puede ser útil para reducir las diarreas por E. coli.

El ambiente

Lo más importante para la prevención de E. coli es el ambiente. Los cerdos tienen que nacer en una jaula de parto limpia y seca ya que, si no, al poco de nacer serán colonizados por cepas patógenas de E. coli. Las salas de parto deben mantenerse cálidas y secas y tener microambientes en las jaulas para los lechones, mediante el uso de placas de calefacción o lámparas.

Los destetes también deben limpiarse, desinfectarse y secarse antes de la entrada de los lechones destetados. Estas salas se mantienen a 30 ºC (85ºF) ya que un cerdo con frío es más susceptible a colibacilosis. Los cerdos recién destetados no pueden mantener su temperatura corporal sin ayuda externa. El control térmico juega un papel todavía más importante en las granjas de destete-cebo: crear microambientes con estufas y alfombras limpias es imprescindible para mantener calientes a los cerdos.

 Conclusiones

La colibacilosis sigue siendo uno de los problemas más comunes en los cerdos recien destetados. Hay muchos factores que les afectan. Hay que recordar que la prevención empieza antes del parto y dura hasta las primeras semanas post-destete. Hay muchas maneras de abordarlo, per para mí todo se reduce a proporcionar un ambiente limpio y seco desde el nacimiento hasta principios de la transición y llevar a cabo los pasos necesarios para la prevención con antibióticos y suplementos.

Fuente: 3tres3