Monitoreo termográfico infrarrojo en lechones destetados

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Introducción. La temperatura corporal es un parámetro fisiológico particularmente valioso, y sus variaciones están estrechamente relacionadas con muchas funciones del organismo (Nord et al., 2016). En este sentido se ha propuesto el uso de cámaras termográficas infrarrojas como una herramienta no invasiva que permite la evaluación precisa de la superficie de los animales (Knížková et al., 2007), la termografía en animales de granja ha sido utilizada como una herramienta para evaluar cambios en la temperatura corporal de los animales ante diversos estímulos, tales como, la identificación de procesos inflamatorios como mastitis, procesos febriles, trastornos respiratorios, termorregulación y aspectos reproductivos (Cook et al., 2015, McCafferty et al., 2011, Menegassi et al., 2016)

Adaptación y habituación térmica

Existen diferentes respuestas a través de las cuales los animales se adaptan a las condiciones climáticas cambiantes, incluida la adaptación genética o biológica, la adaptación fenotípica, la aclimatación y la habituación (Ratnakaran et al., 2017). Los cerdos son animales homeotermos y endotermos. Homeotermos significa que mantienen su temperatura corporal relativamente constante; endotermos significa que utilizan el calor producido por su propio metabolismo para mantener su temperatura corporal constante (Manteca, 2009). En cerdos en crecimiento, la temperatura rectal normal (es decir, un indicador fisiológico de la temperatura central) se establece en 39.2 ° C, pero puede variar de aproximadamente 38 a 40 °C entre los animales y las condiciones ambientales/experimentales (Einer-Jensen et al., 1999). Para todos los mamíferos existe una temperatura ambiental a la cual pueden mantener su temperatura corporal dentro de los límites normales. La zona termoneutral se define como el rango de condiciones ambientales bajo las cuales un animal puede regular la pérdida de calor con un mínimo de esfuerzo (Klein, 2014), siendo su límite inferior, la temperatura crítica inferior (TCI) y el límite superior, la temperatura crítica superior (TCS). Durante la primera semana post-destete de los lechones, la TCI es de 28 °C y la TCS es de 32 °C. Morológicamente, los cerdos poseen un número muy reducido de glándulas sudoríparas (30/cm2) y, por lo tanto, son muy suceptibles al estrés por calor (Bracke y Spoolder, 2011). Los cerdos pueden disipar menos del 50 % de su producción de calor mediante evaporación respiratoria (a 32 °C, Renaudeau et al., 2013).

Cuando se supera la TCI o la TCS, los cerdos deben poner en marcha diferentes mecanismos para llevar a cabo la regulación de la temperatura corporal: mecanismos fisiológicos, cambios en sus pautas comportamentales, homestosis evaporativa y ajustes nutricionales. Cuando las temperaturas son excesivamente extremas, tanto por calor como por frío, ocasionan un verdadero estrés térmico en el animal debido a su incapacidadde adaptación a esta nueva situación. Junto a la temperatura, la humedad es el otro factor climático que se debe de considerar, ya que es capaz de condicionar la sensación térmica de los cerdos. Se debe intentar mantener una humedad relativa del 60-70 %, ya que ambientes excesivamente secos provocan irritación y sequedad de la mucosa del aparato respiratorio y ambientes muy húmedos, a parte de incidir en el aumento del estrés del térmico, favorecen la supervivencia y transmisión de patógenos (Quiles y Hevia, 2008).

Referencia: http://bit.ly/2Y6cOad