La paridera ideal: número de plazas, tamaño de sala, tipo de jaula

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En cualquier granja de reproductoras, el diseño de las maternidades es un tema esencial para el éxito económico y productivo.

El diseño incluye multitud de factores que van desde el número de plazas, el tamaño de las salas, el tamaño de las plazas, las jaulas, el suelo, la calefacción, la ventilación, etc.

Con este artículo y su continuación, que publicaremos en los próximos meses, hemos querido responder a la mayoría de estas preguntas. Para ello hemos contado con la colaboración de dos reputados técnicos, Heraclio Corchón y Javier Lorente, con una amplia experiencia tanto en el manejo como en el diseño y la construcción de granjas.

Número de plazas

Hoy en día esta es una de las primeras preguntas que surgen ante un nuevo proyecto. La hiperprolificidad obliga a un mayor número de plazas, lo que incrementa considerablemente la inversión.

Lorente lo tiene claro: ‘un 10% por semana más que tu objetivo de partos semanal. Si tu objetivo son 50 partos semanales: 55-56 jaulas de parto por semana. Con las genéticas hiperprolíficas hay que disponer de un cierto espacio extra para nodrizas’. 

¿Qué tamaño de salas te plantearías?

¿Cómo vamos a distribuir las salas de maternidad: salas por lote semanal, salas más grandes, más pequeñas?

Lorente no es partidario de las salas muy pequeñas, a su entender una buena opción sería tener salas que permitiesen dividir el lote semanal en dos: ‘si tengo un objetivo de 90 partos semanales, haría dos salas de 48 plazas por semana. Para mí es importante poder plantearme destetar 2 veces por semana si es necesario. Si tengo una única sala semanal ya no será posible hacerlo sin romper el todo dentro todo fuera. Tampoco me gusta partir el lote semanal en muchas salas, no es muy operativo desde el punto de vista de optimizar trabajo’.

Corchón también es partidario de partir el lote semanal: ‘no me gustan las salas de más de 40 plazas. Para mí la sala ideal sería de 40 plazas, un pasillo central con 20 parideras por sala’.

Diseño de la maternidad

Uno de los temas clave es la disposición de la jaula de partos: ¿las cerdas deben alojarse mirando a la pared o de cara al pasillo? Evidentemente con una cerda mirando a la pared y pasillo trasero, tenemos mayor facilidad de control del parto y, en caso de necesidad de asistencia al parto, se trabajará de forma más cómoda y segura y es más fácil de limpiar. Por el contrario, para acceder al comedero debemos entrar cada vez en la plaza de maternidad, con el consiguiente aumento de tiempo y de riesgo de transmisión de enfermedades.

Lorente apuesta sin dudar por el pasillo trasero, o el doble pasillo. Lo que va a determinar esa decisión es el sistema de alimentación que usemos. Si la maternidad dispone de algún sistema de alimentación automático (por ejemplo alimentación líquida o dosificador electrónico con control de consumo) que permita controlar la alimentación desde el pasillo trasero, él las pondría mirando a la pared, sin necesidad de pasillo delantero. En cambio en sistemas más manuales o con necesidad de regulación constante (dosificadores) es necesario un doble pasillo para poder acceder al comedero de una manera fácil. 

Para Corchón, poner la cerda de cara a la pared tiene ventajas: observas mejor el comedero, la cerda se ve mejor desde atrás, e incluso constructivamente la jaula queda más bien fijada. Aunque España no se suele hacer, el apostaría también por el doble pasillo, el principal detrás de la cerda (0,9-1m de ancho), y uno más estrecho (0,6 cm) que permita pasar a limpiar comedero, etc. Esta opción de doble pasillo encarece la obra civil un 10% aproximadamente.

Además los dos apuestan claramente por los nidos, y eso exige tener pasillo trasero para poder observar a los lechones desde el nido. Los nidos permiten tener un buen ambiente para los lechones y a la vez mantener las salas a una temperatura adecuada para las madres (19-21ºC).

Tipo de jaula

Aquí tenemos opiniones distintas. Corchón apuesta por jaulas con dedos que eviten que la barra protectora tape la ubre. Afirma ‘es cierto que con una barra protectora móvil puedes evitar que tape completamente la fila de tetas superior, pero en la práctica en las granjas hay que hacer las cosas fáciles, porque los operarios no siempre adaptan la altura de la barra a la cerda’. Por el contrario Lorente prefiere la barra a los dedos ya que, en su opinión, los dedos pueden llegar a quitar el espacio de un lechón, y eso en camadas tan numerosas como las actuales se debe intentar evitar.

Lorente insiste en la importancia de la barra interna oscilante anti-aplastamiento: ‘es fundamental para evitar que la cerda pueda echarse de manera súbita aplastando a sus lechones. En sistemas modernos de alimentación donde se busca conseguir una ingesta alta de pienso en lactación con múltiples tomas de alimento, es imprescindible esta barra. Si no, multiplicaríamos el riesgo de bajas por aplastamiento’.

Tamaño de la jaula y de la placa

Corchón tiene algunas dudas: ‘las medidas estándar para la producción actual son de 1,80 m de ancho por 2,60 m de largo, posiblemente en poco tiempo las hagamos ya de 1,90 x 2,60 pero yo aún no me lanzaría a hacerlas tan anchas. Aún tenemos algunos interrogantes en la producción para dar ese paso.’

Lorente está de acuerdo con esta visión, pero apunta que ‘no debemos olvidar aumentar el tamaño de la placa térmica (en caso de que la utilicemos) o espacio de nido para los lechones. Si trabajamos con cerdas hiperprolíficas debe ser de, al menos, 1,2 x 0,5 m, las medidas antiguas de 1,2 x 0,4 se quedan pequeñas’.

Fuente: 3tres3