La preparación de las primerizas: la adaptación sanitaria

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La mayoría de las granjas modernas tienen porcentajes de reemplazo del 45-50%. En una granja con una estructura censal correcta las primíparas suponen un 20-24% del censo productivo. De cómo entramos la futura reproductora y cómo la adaptamos dependerá su comportamiento reproductivo pero, aún más importante, de ello dependerá la estabilización sanitaria de toda la granja.

De cómo preparamos la primera cubrición dependerá directamente la fertilidad y la prolificidad de esa cubrición, pero también tiene implicaciones directas en la prolificidad en los ciclos futuros (gráfico 1). Gráfico 1. Evolución de la prolificidad en función de la prolificidad del primer parto. Por cada lechón al primer parto tendremos 0,4 lechones más por parto (Pinilla et al., 2014).

De lo que se haga en este periodo también depende, en gran parte, el porcentaje de pérdidas de cerdas jóvenes, ya sea por necesidad de reemplazos demasiado tempranos o por mortalidad. En dos artículos consecutivos hablaremos con dos expertos, Joan Aparicio i Lluís Ferrer sobre cómo preparamos la primerizas para su primera cubrición.

La preparación incluye, en primer lugar, un aspecto sanitario en el cual evitamos que las futuras reproductoras sean fuente de problemas para la granja, y las adaptamos al microbismo que existe en la granja. Por otro lado está el aspecto productivo en el que buscamos que la cerda llegue a la primera cubrición en las mejores condiciones para tener una buena fertilidad y prolificidad. En este articulo nos centramos en la parte sanitaria y en la siguiente hablaremos de la parte productiva.

¿Qué tiempo mínimo consideráis necesario para adaptar las primerizas?

Fuente: 3tres3