¿En qué punto están las investigaciones sobre aminoácidos en la nutrición de cerdas?

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La investigación sobre nutrición de cerdas solo ha representado, históricamente, el 2% de la literatura científica sobre cerdos, pero esto está cambiando gracias a las nuevas instalaciones comerciales.

El uso de la genómica y la recopilación de mayores bases de datos fenotípicos han ayudado a incrementar el ritmo de la mejora genética en la última década y es necesario que los nutriólogos reevalúen los requerimientos de aminoácidos para las genéticas más modernas y con mayor grado de mejora. Pese a que la investigación sobre nutrición de la cerda históricamente sólo ha representado el 2% de la literatura científica sobre producción porcina, las nuevas instalaciones comerciales, con capacidad para registrar pesos y consumos de pienso, han permitido una mejora significativa en la ejecución de estudios a gran escala.

En teoría, cuanto mayor sea el tamaño de la camada, mayores serán los requerimientos de aminoácidos durante la gestación. Esto está bien ilustrado y documentado en estudios de balance de nitrógeno. Sin embargo, varios estudios empíricos aleatorios a gran escala en condiciones comerciales no han podido confirmar la necesidad de una mayor cantidad de aminoácidos (AA) a finales de gestación. Buis et al. (2016) cuestionaron la aproximación factorial alimentando nulíparas y cerdas durante la gestación con un programa de ‘nutrición de precisión’ vs. un programa convencional estándar. En el programa de precisión las dietas se cambiaban cada día en base a los requerimientos de AA y energía según la NRC (2012) y se compararon con las del programa plano, que tenía un único nivel de AA y energía.

No hubo diferencias productivas ni reproductivas entre los tratamientos. Más que una alimentación diferente para cada fase de la gestación, la tendencia actual promueve realizar una alimentación diferenciada según el número de partos (p.e., nulíparas, cerdas). Esto puede crear una oportunidad de ahorro, ya que una dieta formulada para cerdas sería más barata que una para nulíparas debido a sus menores requerimientos en AA.

En un estudio reciente de Thomas et al. (2018) se alimentaron 936 hembras con 11; 13,5; 16,0 o 18,5 g de lisina digestible por día durante toda la gestación en una granja de alto rendimiento, con un tamaño medio de camada de 15,6 nacidos totales. El aumento de la lisina digestible durante la gestación aumentó la ganancia en tejido magro de las cerdas y redujo los nacidos muertos; sin embargo, no se vieron mejoras en el peso al nacimiento de los lechones ni en el tamaño de camada. Esto refuerza que las recomendaciones actuales, a un promedio ponderado de 12,8 g/d de lisina digestible, parecen adecuadas.

Fuente: 3tres3