Relación de la bioseguridad con las características productivas y de manejo en las granjas porcinas

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Las explotaciones que más vacunan son las que mejor puntuación obtienen en bioseguridad interna. El cambio hacia la prevención conlleva directamente un mayor uso de vacunas a la vez que una mejor bioseguridad interna pues son los únicos medios que conocemos para prevenir la enfermedad.

¿Qué se estudia?

Se evaluaron los niveles de implementación de medidas de bioseguridad en la producción porcina en cuatro países de la Unión Europea. También se evaluaron posibles asociaciones entre el cumplimiento de la bioseguridad y las características de la granja y de la producción.

¿Cómo se estudia?

Se llevó a cabo un estudio transversal en 232 granjas de ciclo cerrado en Bélgica, Francia, Alemania y Suecia durante un año. El estatus de bioseguridad se cuantificó utilizando la herramienta de puntuación de riesgos Biocheck (www.biocheck.ugent.be), que diferencia entre riesgos de bioseguridad internos y externos. Una mayor puntuación indica mejores prácticas de bioseguridad y menor riesgo de introducción o diseminación de enfermedades. Las características productivas o de la granja se obtuvieron a partir de entrevistas con la gerencia y los ganaderos. Se analizó la relación de los datos obtenidos con el nivel de bioseguridad.

¿Cuáles son los resultados?

Muchas granjas de cerdos tienen un gran camino para mejorar un su bioseguridad.
Se observaron diferencias significativas entre países en cuanto a bioseguridad interna o externa. La puntuación de la bioseguridad externa fue, en general, superior a la de la interna.
Alemania tuvo la mejor puntuación en bioseguridad externa, que incluye todas las medidas tomadas para prevenir la introducción de enfermedades, y Francia la peor.
Suecia tuvo la mayor puntuación en bioseguridad interna, que incluye todas las medidas tomadas para prevenir la transmisión dentro de la granja, y Bélgica la peor, con gran diferencia.
El número de patógenos frente a los que se vacunaba estaba significativamente relacionado con el nivel de bioseguridad interno, sugiriendo que la conciencia del riesgo de transmisión de enfermedades conduce a aumentar la prevención.
Los niveles de bioseguridad más bajos estaban correlacionados con una mayor frecuencia estimada de tratamientos frente a ciertos signos clínicos.
Las explotaciones con más cerdas y, en consecuencia, con más empleados son más susceptibles de tener un mejor sistema de bioseguridad externa.
Se asoció una puntuación más elevada en la bioseguridad externa con más lechones destetados/cerda/año (10 puntos más de bioseguridad externa comportaban 0,2 lechones adicionales).
La edad al destete y la mortalidad pre-destete estuvieron altamente relacionadas con el número de lechones destetados/cerda/año.

¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

Los autores sugieren que al conocer mejor el impacto de una bioseguridad deficiente sobre la incidencia de enfermedades y la productividad se conseguirá un cambio en el comportamiento. Una mejora en la bioseguridad y el manejo, centrada en la prevención, debe comportar la reducción del uso de antimicrobianos, mejora del estatus sanitario y mayor productividad y bienestar. ¡Es mejor prevenir que curar!

Fuente: 3Tres3