Transición a dietas sin óxido de zinc (2/2): aditivos

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Es muy difícil que un aditivo solo sea capaz de simular el efecto de la adición de antibióticos u óxido de zinc. Por ello, será necesario combinar grupos de aditivos en agua y en pienso, para actuar de manera preventiva y curativa.

Tras las opiniones del Comité para productos veterinarios (CVMP) del 9/12/2016 y 16/3/2017, en relación a la denegación de la concesión de las autorizaciones de comercialización y la retirada de las autorizaciones de comercialización existentes de medicamentos veterinarios que contengan óxido de zinc (ZnO), la Comisión Europea ha decidido prohibir el ZnO como premezcla medicamentosa, con una moratoria máxima de 5 años. Esto en general es una buena noticia para los productores, dado que hay tiempo más que suficiente para adaptarse al nuevo contexto sin la posibilidad de uso de ZnO en las dietas post destete.

El primer paso, a mi entender, es desterrar las prácticas de uso del ZnO fuera de los 14 días post destete, dado que es una práctica que, además de ser ilegal y generar toxicidad, sólo desplaza para adelante el enfrentarse al problema de retirarlo. Asimismo, en los próximos años nos encontraremos con otros dos elementos claves que condicionarán su uso:

  1. La mayor monitorización del uso de premezclas medicamentosas, en la mayoría de los casos con la receta electrónica, donde habrá que declarar en tiempo real las prescripciones a realizar por granja, empresa y veterinario, permitiendo estudios comparativos.
  2. La exigencia de estudios de compatibilidad entre premezclas para poder combinarlas, aspecto complicado para el ZnO.

Como ya se indicó en una entrega anterior, es fundamental dar un enfoque holístico a este nuevo escenario, con mejoras en la sanidad, manejo y nutrición. En aspectos de manejo, posiblemente la medida más importante será el incremento de la edad al destete, aunque se debe vigilar que no haya una mayor transmisión vertical de patógenos. Dentro de la nutrición, será necesario tomar una serie de medidas que se pueden agrupar en cinco líneas:

  1. Modificación del perfil nutricional, ajustando posiblemente la energía y especialmente la proteína a la baja, e incremento de la fibra insoluble.
  2. Materias primas con mayor digestibilidad de las fuentes proteicas y posiblemente introduciendo un mínimo de cebada para aumentar la seguridad digestiva.
  3. Presentación del pienso, tratando de aumentar el tamaño de partícula y presentación en harina en las granjas más problemáticas.
  4. Uso de combinaciones de aditivos, que regulen la flora y promuevan la salud y la fisiología digestivas.
  5. Asegurar la calidad del agua mediante su correcta potabilización, ya que el agua será un vehículo clave ora para la medicación ora para la administración de aditivos para tratamientos preventivos y curativos.

En relación a los aditivos, es muy difícil que un aditivo solo sea capaz de simular el efecto de la adición de antibióticos u ZnO. Por ello, será necesario combinar grupos de aditivos en agua y en pienso, para actuar de manera preventiva y curativa. Entre los grupos de aditivos, los ácidos orgánicos (AO) son los de mayor difusión. Los AO (fórmico, propiónico, láctico y benzoico fundamentalmente) son muy eficaces controlando los patógenos en el pienso. También son muy eficaces fortaleciendo la barrera antimicrobiana del estómago, impidiendo la infección y/o reinfección de diversos patógenos. Los AO se pueden combinar con sus sales, lo que facilita mucho su manejo. La mayor limitación de los AO es que son pH-dependientes, pues son mucho más eficaces en su presentación no disociada (por tanto el ambientes ácidos), y pierden su actividad en pH neutros (resto del digestivo a partir del estómago).

Los ácidos grasos de cadena media (AGCM) son otro grupo emergente, bien sea en su presentación como ácidos o como monoglicéridos (MG). Este grupo de compuestos abarcan desde el ácido butírico (C4:0) al ácido láurico (C12:0) y se utilizan tanto por sus efectos antibacterianos como por sus efectos fisiológicos. Los AGCM son unos potentes reguladores de la flora, siendo eficaces tanto frente a bacterias gram – (E. coli, Salmonella,), como frente a bacterias gram (Clostridium, Staphylococcus, Streptococcus). En su plano fisiológico, destaca el ácido butírico en sus diferentes presentaciones (sales, monobutirina, tributirina), cuya inclusión potencia la salud intestinal mediante:

  1. Nutrición directa de los enterocitos.
  2. Un fortalecimiento de las uniones entre los mismos, evitando la llegada de patógenos a lámina propia y la inflamación.

Las diferencias de los MG respecto a los AGCM libres son:

  1. Los MG-AGCM tienen mayor potencia antimicrobiana que los AGCM.
  2. Su actividad no afecta ni depende del pH (mantienen su actividad a lo largo de todo el tracto digestivo).
  3. Los MG-AGCM son dispersables en agua (excepto la monolaurina, permitiendo su administración en agua de bebida).
  4. Los MG-AGCM evitan los malos sabores y olores para la fábrica y para el animal.

El tercer grupo de compuestos de interés creciente son los aceites esenciales. Éstos se pueden suministrar bien como extracto de planta, o como compuestos puros de síntesis. En el formato de extracto la principal limitación es la gran variabilidad entre cosechas, lo que limita la garantía de concentración en compuestos activos, aunque como elemento positivo aporta un conjunto de compuestos con diferentes actividades. Si se aportan como compuestos puros, se asegura un contenido estable de compuestos activos, lo cual se ajusta mucho mejor a las prácticas ganaderas. El uso de aceites esenciales está basado igualmente en sus potentes efectos antibacterianos de amplio espectro, y sus efectos fisiológicos. Entre los compuestos de mayor relevancia destacan el carvacrol, el timol y el cinamaldehído.

Por falta de espacio no abordamos los grupos de prebióticos, probióticos y enzimas.

Las combinaciones entre aditivos deben tener las siguientes características:

  1. Ser sinérgicas en su acción cubriendo la regulación de la flora y aspectos de fisiología digestiva.
  2. Combinar diferentes mecanismos de acción para dificultar la aparición de resistencias
  3. Posibilitar su presentación, tanto en pienso para su acción preventiva como en agua para una acción curativa.

Así, las combinaciones de ácidos orgánicos y MG-AGCM constituyen una de las posibles alternativas que podrán contribuir a la retirada de la medicación en las dietas de lechones. En la figura 1 se muestra el efecto de la adición de una combinación de AO y MG-AGCM en sustitución del ZnO en una prueba realizada en el periodo starter (de 38 a 66 días, 28 días de prueba, de 9 a 21kg). En general los animales que habían consumido el ZnO y la combinación de AO y MG-AGCM tuvieron rendimientos similares, aunque los animales alimentados con ZnO mostraron peor índice de conversión (1,629 vs 1,367), lo que indica que se puede retirar el ZnO en esta fase sin una caída de la productividad ni aumentos en la mortalidad.

Fuente: 3tres3.com