La calidad de los huevos comerciales de una granja dependerá en gran medida del manejo productivo y nutricional de las aves. Por dicha razón, es fundamental saber que las buenas prácticas de manejo, la genética, el bienestar animal, la nutrición y la sanidad son puntos claves para lograr una parvada con parámetros zootécnicos exitosos y un producto final de alta calidad.
Por este motivo, la calidad del huevo recibe diferentes enfoques entre los productores, los consumidores y los procesadores. Para los productores parece estar relacionada con el peso del huevo y resistencia de la cascara (defectos físicos, suciedad, quiebre y manchas de sangre), para los consumidores la calidad parecer estar relacionada con la vida de anaquel, las características sensoriales.
El color de la yema, el color de cascara, las manchas de sangre, su composición nutricional (colesterol, vitaminas, ácidos grasos) quedando claro que la percepción de calidad dependerá del uso y preferencias del consumidor final (Kramer (1951). Para los procesadores, la calidad está relacionada con la facilidad de retirar la cascara, separar la clara, además de sus propiedades funcionales y coloración de la yema.