El cambio climático, a veces abordado simplistamente como el calentamiento global, es un tema que preocupa a científicos, a algunos gobernantes y a líderes sociales y ambientalistas porque afecta al espacio planetario en el que nos tocó vivir y que amenaza con un futuro poco halagüeño. Nuestra salud, bienestar y nuestra propia vida están en peligro si no se toman medidas oportunas. La ganadería, definida en esta publicación como la producción de alimentos de origen animal, carne leche y huevo, no puede sustraerse a esta problemática. El efecto del cambio climático sobre los animales, así como sobre los humanos, es un hecho incontrovertible; pero además se sabe que la producción animal contribuye a la producción de gases tipo invernadero que contaminan el ambiente.
La Red Midia.
En este encuentro internacional participaron expertos de España, Alemania, Israel, Dinamarca, Reino Unido, Francia y Grecia, que han llegado a la conclusión de que el cambio climático es un hecho y que las temperaturas máximas han aumentado, por lo que se espera más frecuencia de sequías y extremos climáticos que puedan afectar a los animales.
El proyecto europeo Optibarn, en el que participan investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la Universitat Politècnica de València, celebró esta semana un workshop que reunió a expertos internacionales con el objetivo de encontrar soluciones para adaptar la ganadería al cambio climático.
En esta reunión, que tuvo lugar en l’Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Agronòmica i del Medi Natural de la UPV, se identificaron soluciones para luchar contra el estrés por calor, como aumentar la sombra en la granja, duchar a las vacas frecuentemente, o mejorar los sistemas de ventilación, creando corrientes de aire que ayudan a disipar calor. También se pusieron sobre la mesa otras alternativas relacionadas con la alimentación de las vacas o la selección de animales más resistentes.
En este encuentro internacional participaron expertos de España, Alemania, Israel, Dinamarca, Reino Unido, Francia y Grecia, que han llegado a la conclusión de que el cambio climático es un hecho y que las temperaturas máximas han aumentado, por lo que se espera más frecuencia de sequías y extremos climáticos que puedan afectar a los animales.
Bajo este premisa, el proyecto Optibarn ha evaluado cómo estas condiciones climáticas se trasladan al interior de las granjas, con el objetivo de mejorar el diseño de los alojamientos para estar mejor preparados para estos eventos climáticos.
Como explica Fernando Estellés, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la UPV ‘en vacas de leche es complicado determinar las condiciones ambientales exactas en las que comienza a aparecer el estrés por calor. Dependiendo de la raza, la zona donde se han criado y el manejo de la granja, los animales pueden llegar a soportar condiciones más desfavorables. Esto se ha observado comparando animales en Alemania, Israel y España’.
Con todo ello, se ha creado un modelo matemático que calcula el efecto del cambio climático sobre la producción de leche, el medio ambiente y el bienestar de las vacas. ‘La idea es tener una herramienta que permita anticiparse a los efectos negativos del cambio climático y tomar las decisiones adecuadas para reducir los problemas derivados’, asegura Estellés.
Sobre Optibarn
El objetivo principal de Optibarn es garantizar el bienestar térmico de las vacas lecheras en los establos, teniendo en cuenta el cambio climático. Para ello, los investigadores están estudiando y desarrollando nuevas estrategias para reducir el estrés por calor de las vacas; trabajan en un nuevo diseño de los recintos con mejor ventilación y climatización, contribuyendo así a reducir el nivel de emisiones.
Las investigaciones desarrolladas en la línea de Ganadería y Medio Ambiente por el Instituto de Ciencia y Tecnología Animal pretenden con contribuir con este proyecto y otros similares a la sostenibilidad de la ganadería en Europa, y en particular en la región mediterránea.
Fuente: Innovaticias