Adaptando la tecnología de galpones black out a las condiciones locales

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El objetivo del sistema black out es mejorar el bienestar animal lo que permite incrementar la densidad de alojamiento con mejoras en el desempeño y los resultados productivos de los pollos parrilleros

Sin embargo muchas tecnologías nuevas no obtienen el éxito productivo esperado por no estar adaptados a los desafíos climáticos locales.

A partir de 2012 se comenzaron a instalar varios galpones con tecnología black out (galpones de luz y temperatura controlada), sistema de alojamiento utilizado en otras regiones avícolas, aunque de introducción reciente en el norte de Santa Fe, Argentina.

El objetivo de este sistema es mejorar el bienestar animal lo que permite incrementar la densidad de alojamiento (cantidad de aves por metro cuadrado de galpón), con mejoras en el desempeño y los resultados productivos de los pollos parrilleros. Dentro de estos galpones los pollos tienen un mejor confort térmico, están más calmados, se evitan los rasguños en la piel, tienen menos movimiento y un menor gasto energético.

Este sistema permite trabajar con un ambiente controlado, en el cual se limita la luminosidad mediante el manejo de la luz artificial y restringiendo el ingreso de luz natural a través del uso de cortinas oscuras. El galpón cuenta básicamente con un sistema de ventilación por túnel con extractores ubicados en un extremo del galpón, complementándose con un sistema de aspersión y el uso de paneles evaporativos que se encuentran instalados en el otro extremo del galpón, en la zona de ingreso de aire que permite el enfriamiento del mismo.

Adaptando la tecnología

Estas nuevas tecnologías son importadas de distintos países y en general se aplican con el mismo concepto en que fueron desarrolladas. Así, muchas veces se omiten las diferencias climáticas que existen entre las regiones donde se generaron estos sistemas y otras regiones donde se intentan replicar. De esta manera, muchos proyectos nuevos no obtienen el éxito productivo esperado por no estar adaptados a los desafíos climáticos locales.

Se llevó adelante un trabajo con el objetivo de probar el funcionamiento de estos galpones en el norte de Santa Fe, Argentina a fin de validar el uso de esta tecnología.

Se presentan los resultados preliminares de las actividades donde el objetivo general es determinar la carga adecuada para los galpones black out y el objetivo específico, determinar cuál es la mayor ganancia de peso, con la menor mortandad, la mayor conversión y la mayor producción de kg de carne por m2 de galpón.

Investigación

Se trabajó sobre un mismo ciclo de crianza, con la misma línea genética (Cobb), con una cama que difiriera en antigüedad en más de un ciclo y con los cuatro galpones bajo el manejo de la misma persona. En cada uno de estos galpones se alojaron machos y hembras por separado, con dos densidades diferentes, alta y baja.

Las densidades más altas fueron 15,5 aves/m² para los machos y 16,6 aves/m² para las hembras; y las más bajas, 13,2 aves/m² para los machos y 13,1 aves/m² para las hembras.
Los galpones fueron divididos a su vez en dos zonas, una denominada %u201Czona caliente%u201D, correspondiente a la mitad del galpón donde se hallan los extractores de aire, y otra, denominada %u201Czona fría%u201D, referida a la mitad del galpón donde se encuentran los paneles evaporativos.

Las variables de estudio para este ensayo fueron productivas, ambientales y de confort. Los índices técnicos de la producción incluidos en el estudio fueron peso, mortandad, consumo de alimento y conversión.

Las variables ambientales fueron: temperatura ambiente, humedad ambiente, humedad de cama y pH en cama y las de confort: problemas de patas (alteración de la articulación coxo-femoral), presencia de enfermedades, calidad de cama, suciedad de plumas, quemaduras de tarso y lesiones en almohadilla plantar.

Machos versus hembras

Luego de estos ensayos, se registraron resultados preliminares que incluyen aspectos productivos y lo referido al bienestar animal dentro del galpón. Entre los resultados productivos, fueron significativos en los machos, no así en las hembras. Se puede destacar las que densidades tan altas como 15-16 pollos por metro cuadrado (que actualmente son sugeridas para este tipo de instalaciones) no responden a los resultados productivos esperados.

– Dejando de lado las diferencias por dimorfismo sexual, en cuanto al peso, se hallaron diferencias de hasta 200 g entre los machos, siendo la diferencia a favor de los alojados en baja densidad.

– En cuanto a conversión alimenticia, fueron más eficientes los machos en baja densidad. Lo mismo ocurrió para el caso de ganancia diaria de peso, que fue mayor para los machos en baja densidad (entre 4 y 9 g/día, según estación del año).

– En relación a los kilos de carne producidos por metro cuadrado, tanto en otoño como en primavera fue mayor en el caso de machos en alta densidad (diferencia de 3 kg), no sucedió así en invierno.

En cuanto al bienestar de los pollos, los machos alojados en densidad alta tuvieron más lesiones

en patas (almohadilla digital) quemaduras de tarsos y suciedad de plumas.
Se debe señalar como aspecto de mucha importancia las grandes diferencias registradas en el ambiente de todos los galpones. Se observó una diferencia importante de temperatura media entre un extremo y otro del galpón (hasta 4°C), lo que demuestra que en determinados momentos la amplitud térmica es aún mayor, agravando así el estrés de los pollos en la zona de mayor temperatura.

Frente a estos resultados, podemos decir que densidades tales como 15-16 pollos por metro cuadrado para este tipo de galpones, no son las más adecuadas para esta zona.

Es necesario continuar evaluando estas estructuras para conseguir una densidad que logre la obtención de los rendimientos productivos que se esperan eliminando o reduciendo al mínimo posible los factores que afectan el bienestar animal.

Fuente: http://www.elsitioavicola.com/articles/2711/adaptando-la-tecnologaa-de-galpones-black-out-a-las-condiciones-locales/