En la actualidad una serie de tecnologías a incrementado la mejora genética de manera exponencial ya que se están utilizando tecnologías que en un principio calificaba los caracteres cuantitativos (EPDs, ganancias de peso, etc.) y cualitativos (aspectos físicos) del animal, ahora con la integración de marcadores y QTLs (quantitative trait locus, locus de un carácter cuantitativo) nos permiten identificar alteraciones genéticas y en donde se localizan.
Por lo que la utilización de estas técnicas y la combinación de técnicas reproductivas como inseminación artificial, transferencia embrionaria o fecundación in vitro, prevenir o permitir a los animales que son portadores de algún defecto hereditario difundirlo ampliamente en la población, aumentando en consecuencia la probabilidad de que se expresen los genes recesivos y con ellos la aparición de las enfermedades genéticas. Estas alteraciones pueden ser a nivel de un solo gen, varios genes (poligenes) o muchos genes (cromosomas; como las trisomías o monosomías). La alteración genética puede producir directamente la enfermedad o bien determinar la resistencia o susceptibilidad a padecerla. Estas alteraciones congénitas tienen una frecuencia 1 al 3 por ciento. Por lo que la posibilidad que aparezca es muy remota. A menos que la familia o línea sea portadora de la misma y se manifieste cuando se tenga una unión recesiva homocigótica, ya que en genes dominantes nunca se presentara. Otro factor que hace que se presentan son los cruzamientos consanguíneos de un programa de mejoramiento genético que aumentan la probabilidad.
Fuente: ammveb.net