El investigador Arturo Aguilar Aldrete (Mexicano) dijo que las altas temperaturas y la humedad pueden provocar deshidratación en el ganado bovino, pero también una disminución de hasta 15% en la producción lechera.
Agregó que lo anterior de acuerdo con una investigación realizada con académicos egresados del doctorado en Ciencias en Ecofisiología y Recursos Genéticos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) – México.
El experto señaló que, junto con este equipo de investigadores, realizó un monitoreo en vacas de municipios de la región de la Ciénega y encontraron que ese ganado presenta, con mucha frecuencia, la enfermedad conocida como mastitis, que es la inflamación de las ubres por donde se les extrae la leche.
La pérdida de agua en el lago de Chapala, manifestó, debido al cambio climático, ha generado un incremento en la temperatura y en la humedad de más de un grado, en las últimas dos décadas.
Por ello afirmó que el exceso de calor hace que la vaca beba más agua e ingiera menos alimentos, que pase más tiempo parada para mantenerse fresca, además de experimentar aumento en la actividad metabólica y en la temperatura corporal de hasta 39 grados, lo que condiciona la mastitis.
El también académico del Departamento de Medicina Veterinaria del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias añadió que con la inflación de las ubres la vaca produce diario entre 10 y 15% menos leche.
Por lo que los productores deben invertir en medicamentos y otro tipo de alimentación para contrarrestar la enfermedad, estableció.
Explicó que todo esto representa un costo extra para los ganaderos, quienes deben incrementar el precio de venta de la leche y, por ende, el consumidor final debe pagar hasta 60 centavos más por litro.
Destacó que en la investigación titulada ‘Estrés calórico en la prevalencia de mastitis en bovinos de la región Ciénega’, junto con los demás académicos propone a los productores de municipios como Atotonilco, La Barca, Ocotlán, Jamay, Zapotlán del Rey, Poncitlán e Ixtlahuacán, contrarrestar estos efectos al proporcionar sombras naturales como árboles, donde el ganado pueda resguardarse del calor.
‘También podrían criar menos ganado de otras entidades y más de tipo criollo, que son más resistentes al calor y, por lo tanto, a sufrir esta enfermedad’, finalizó.
Fuente: perulactea