El cerdo

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Los cerdos son considerados glotones y sucios, para muchos humanos son un motivo de mofa, algo que comer o un apodo para insultar a otros. Lejos de tanto prejuicio y discriminación, encontramos a unos animales inteligentes, muy limpios al contrario de lo que se piensa y a quienes les gusta pasar el día comiendo, jugando y tomando el sol.

Los cerdos son muy curiosos, suelen estar buscando siempre nuevos estímulos, y cuando se les ofrecen dos objetos, uno conocido y otro nuevo, prefieren el nuevo ]. A los cerdos les asustan los sonidos agudos y los movimientos bruscos que les llega a provocar miedo.

Quizás lo que primeramente nos llame más la atención de un cerdo es el hábito de escarbar en el suelo buscando raíces, que ingieren junto a una enorme gama de otros alimentos, incluidos los forrajes.

El hocico es su principal órgano táctil, asociado con el olfato, que es también el más importante de sus sentidos.

Sociables, limpios y amistosos

Los cerdos son animales muy limpios que manifiestan hábitos higiénicos cuando pueden hacerlo. Los cerdos evitan ensuciar las zonas donde viven evitando manchar las zonas donde comen o duermen. Si se bañan en barro o lodo es simplemente para mantener su temperatura corporal baja, ya que estos animales son incapaces de sudar, además esta actividad contribuye a eliminar parásitos y demás agentes infecciosos alojados sobre la piel.

Los cerdos forman complejas unidades sociales y aprenden los unos de los otros, les gusta que se les rasque, la compañía y las atenciones. Pero además estos animales se comunican a menudo entre ellos, emiten más de veinte sonidos diferentes para expresar necesidades y estados de ánimo. Temple Grandin en su artículo ‘Habitáculos confortables para cerdos utilizados en investigación’ afirma que los cerdos son animales sensibles y sociables a quienes debe evitarse mantener solos o alejados de otros individuos de su especie ya que los efectos psicológicos del aislamiento pueden ser muy negativos. Desgraciadamente, Temple Grandin es una experta en instalaciones de explotación animal, utilizando sus conocimientos sobre las ricas vidas emocionales de los cerdos únicamente para explotarles mejor.

Orden social

Los cerdos establecen un orden social que se expresa desde muy temprana edad.

El orden social se revalida cada vez que cambia la composición del grupo y se ejerce rigurosamente ante cada evento donde se disputa el mejor pezón maternal, el confort, el agua, los alimentos, etc.

Inteligentes y curiosos

A menudo se dice que los cerdos son más inteligentes que un humano de tres años o que los perros. Lo cierto es que diferentes estudios (Universidad de Illinois y Universidad de Cambridge) demuestran que tienen una gran memoria y son capaces de aprender a seguir a otros compañeros para quitarles la comida y éstos a quienes les roban la comida son capaces además de cambiar su comportamiento para reducir el número de veces que les quitan lo suyo. Los bebés se acercan donde escuchan el sonido de sus madres, madres que como todos los mamíferos cuidan y protegen de sus crías hasta que pueden valerse por sí mismas.

Una de las tareas más importantes de las madres es proteger a sus crías, escondiéndolas cuando es necesario y luchando por su defensa. Libre de explotación, una madre construiría un nido para sus bebés donde daría a luz y protegería a sus crías. Los aplastamientos de las crías en estos casos son raros.

Los cerdos también sueñan, reconocen sus nombres e incluso el profesor Stanley Curtis de la Universidad de Penn observó que eran capaces de ‘representaciones abstractas’, siendo capaces de grabar una imagen en su mente durante mucho tiempo.

Comunicación y alarma

Los cerdos son muy curiosos y al llegar a un nuevo sitio de inmediato lo exploran detalladamente. Ante una situación de peligro emiten característicos sonidos de alarma que son recibidos rápidamente por los integrantes del grupo.

En libertad

En libertad los cerdos pueden llegar a vivir de 10 a 15 años, lejos de las granjas, los mataderos y el dolor, los cerdos pasan horas jugando entre ellos, explorando sus alrededores o simplemente tomando el sol o refrescándose en el barro.

En las granjas los cerdos son anulados y sus deseos negados o ignorados, alejados de su vida natural y de todo lo que les haría felices.

Fuente: http://www.granjasdecerdos.org/como-son