Aparentemente son iguales, pero conviene conocer sus diferencias, sobre todo si nos gustan los productos naturales y éticos. A simple vista, los huevos normales, camperos u orgánicos son casi idénticos, huevos, al fin y al cabo. No se distinguen ni por su forma ni por su color, sabor o poder nutricional, si bien en estos dos últimos aspectos hay opiniones que dicen lo contrario.
Sea como fuere, lo cierto es que es importante diferenciarlos por algo más que por el precio, que va in crescendo desde el huevo normal al campero y, finalmente, hasta el prohibitivo precio de los orgánicos. ¿Por qué hay una diferencia de precio tan grande?
La razón no es sencilla, pues por un lado sabemos que los productos ecológicos suelen tener un plus simplemente por serlo, una simple decisión de marketing, mientras en otras ocasiones realmente obedece a un proceso de producción más costoso que lo justifica. En el caso de los huevos, no cabe duda de que los tipos de cría son muy distintos, y no es lo mismo el hacinamiento que implica una granja industrial que mantenerlas en lugares más espaciosos, sin jaulas de por medio o, pongamos por caso, siempre será mucho más caro darles una alimentación orgánica de las gallinas que alimentarlas con piensos industriales.
Si unos son mucho más caros que otros, como consumidores hemos de valorar si realmente vale la pena pagar la diferencia. De no contar con esta información, lo más probable es que directamente escojamos los más baratos, sin más complicaciones.
Huevos según la forma de cría
Según el Instituto de estudios del huevo, la forma de cría de las gallinas determina el tipo de huevo. En el mercado podemos encontrar huevos de gallinas criadas en jaulas, en suelo, camperas y ecológicas. Veamos las diferencias:
1. Criadas en jaulas: Las gallinas viven en jaulas, pensadas para que tengan acceso al pienso, al agua y para facilitar la recogida de huevos, de las que nunca salen. Los defensores de los animales alertan sobre el maltrato que esto supone para ellas. Además de estar hacinadas, por ejemplo, se les corta el pico para que no se ataquen entre ellas.
2. Criadas en suelo: Pueden moverse libremente, pero no están al aire libre, sino dentro de una nave.
3. Con acceso al aire libre: Además de una nave, las gallinas tienen acceso al aire libre.
4. Criadas en granjas ecológicas: Además de tener acceso al aire libre, las gallinas son alimentadas con pienso procedente de la agricultura ecológica y han de cumplir las normas de la producción orgánica.
Cómo distinguirlos
En el supermercado podemos huevos de los cuatro tipos. Sabremos a cuál de ellos corresponde fijánonos en el inicio del código alfanumeríco que encontraremos impreso en cada huevo, y también en la misma caja o huevera. Si el primer número es el 3 será un huevo procedente de gallina de jaula; el 2 se refiere a gallinas criadas en suelo, el 1 a las camperas, y el 0 a las ecológicas.
Probándolos también podríamos distinguirlos, al menos en teoría, si bien no siempre es fácil. A nivel nutricional, también encontramos diferencias. En contra de lo que opinan algunos expertos, el Departamento oficial de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés) concluye que son más nutritivos los huevos de gallinas criadas de forma libre.
No sólo tenían un tercio menos de colesterol, un 25 por ciento menos de grasa saturada y el doble de ácidos grasos omega 3, sino que además triplicaban los niveles de vitamina E y septuplicaban los niveles de betacaroteno. Además, es obvio que si las gallinas comen pienso orgánico, a los huevos llegarán menos restos de pesticidas, antibióticos y otros fármacos u hormonas sintéticas, en caso de que a las gallinas de jaula se les suministre. Por último, pero no por ello menos importante, está la parte ética, que también viene en el precio. Y es que elegir huevos de gallinas criadas en jaulas es pagar más barato a costa de un indignante maltrato animal. En este caso, a pesar de su buen precio, la economía a escala sale demasiado cara.
Fuente: ecologismos