El dilema epidemiológico de las cepas de baja patogenicidad de Brachyspira hyodysenteriae

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¿Cómo actuar en las granjas positivas a B. hyodysenteriae de baja patogenicidad?

Brachyspira hyodysenteriae es el agente etiológico primario causante de la disentería porcina. También se han caracterizado otras dos especies de Brachyspira como agentes primarios causales de disentería porcina, B. suanatina (Rasback et al, 2007) y B. hampsonii, genomovares I, II y III (Mirakjar et al, 2016). La enfermedad causa una diarrea mucohemorrágica severa y por lo tanto graves pérdidas económicas para la producción porcina. Las lesiones macroscópicas incluyen diversos grados de engrosamiento de la mucosa, hemorragia multifocal, exudado fibrinoso asociado a necrosis y una cantidad variable, pero a menudo excesiva, de moco en la luz del intestino grueso (Hampson, 2012). La disentería porcina tiene una distribución mundial, especialmente en las regiones con mayor densidad porcina (Calderaro et al., 2001). Pese a que la enfermedad ha estado ausente de Norteamérica durante los últimos 20 años, desde 2008, debido principalmente al manejo de los sistemas de producción, se han descrito varios casos en EEUU y Canadá (Chander et al., 2012). Estudios recientes describen casos en Europa (Dors et al., 2015; Löbert et al., 2016) y Asia (Kajiwara et al., 2016). En Brasil, se describieron casos esporádicos de disentería porcina entre los años 1980 y los 1990 en granjas pequeñas, en muy pocos estudios epidemiológicos o asociados a la optimización de técnicas diagnósticas (Barcellos et al., 2000). Desde 2010, se han descrito brotes de disentería en varios estados brasileños, localizados en las regiones que concentran la mayor parte de la producción porcina, causando pérdidas económicas significativas (Daniel and Guedes, 2013).

Se han descrito cepas de B. hyodysenteriae de baja patogenicidad, que colonizan pero que no inducen enfermedad clínica (Lyson et al, 1982; Thomson et al, 2001). Todavía no hay ninguna vacuna comercial frente a B. hyodysenteriae, pese a los enormes esfuerzos de la comunidad científica (Song et al, 2009; Jiang et al, 2014; Singh et al, 2015). Hay varias explicaciones para estos dos hechos, pero una de las más relevantes es la enorme diversidad genética observada en las especies de B. hyodysenteriae. Se especula con muchos factores patogénicos como importantes para la manifestación de virulencia, por ejemplo, la actividad hemolítica se ha descrito a menudo como uno de los principales. Mahu et al (2016) secuenciaron siete genes asociados con la hemólisis de cepas de B. hyodysenteriae aisladas de cerdos con diarrea mucohemorrágica entre leve y severa. Una de las cepas poco hemolíticas mostró cambios en la secuencia de cinco de estos genes. Recientemente, sin embargo, durante un análisis rutinario de muestras fecales de un multiplicador, se evidenciaron resultados contradictorios. Esta granja en concreto no utilizaba antimicrobianos ni tenia historial de disentería porcina, sin embargo durante el análisis rutinario se detectaron algunos animales positivos a B. hyodysenteriae por PCR y finalmente conseguimos aislar la bacteria. Los resultados preliminares de una infeccion experimental que comparó la cepa aislada con una cepa patogéna conocida, demostraron que el primer aislado tenía claramente una patogenicidad baja (Sato et al, 2016). Es importante mencionar que esta cepa de  baja patogenicidad era muy hemolítica in vitro. Estos hallazgos ponen en entredicho la suposición de que los genes hemolíticos son marcadores importantes de patogenicidad en las cepas de B. hyodysenteriae.

Estudios recientes (Song et al, 2015; Hampson et al, 2016) demuestran el esfuerzo para desarrollar un test serológico utilizando proteínas recombinantes para abordar el problema de las granjas infectadas subclínicamente por B. hyodysenteriae. Esta sería una importante herramienta en el futuro para detectar granjas positivas a B. hyodysenteriae sin signos clínicos de disentería porcina. Sin embargo, la variación genética y las diferencias significativas en las proteínas antigénicas son limitaciones significativas en el desarrollo de un test serológico aplicable globalmente.

De todos modos, desde un punto de vista práctico, ¿cómo puede lidiar el veterinario con una granja comercial o de multiplicacion  positiva a B. hyodysenteriae de baja patogenicidad? En primer lugar, estariamos asumiendo que se trata de una cepa de patogenicidad baja sólo basándonos en la positividad a los tests diagnósticos, como PCR, qPCR, aislamiento bacteriano y/o quizás, serología, esta última todavía no disponible, y asociado a la ausencia de signos clínicos. ¡Hay que recordar que todavía no hay marcadores específicos de patogenicidad! ¿se convertira en patógena esta cepa cuando se introduzca en una granja comercial con problemas relacionados con flujo de animales, higiene, densidad, etc%u2026? ¿Deberían analizarse rutinariamente las granjas de multiplicacion mediante análisis moleculares o bacteriológicos de muestras fecales para B. hyodysenteriae? ¿O sólo realizar una estricta evaluación clínica rutinaria de diarreas en la granja y tomar muestras de cualquier material fecal sospechoso para hacer un diagnóstico? ¿Debería cerrarse la granja (parar la venta de reproductores) hasta tener los resultados? Hay muchas preguntas sin respuesta respecto a las cepas de baja patogenicidad de B. hyodysenteriae y la mayoría de ellas tienen una repercusión directa sobre la rutina del veterinario, principalmente los involucrados en los programas sanitarios de las granjas de multiplicación. Hay una demanda urgente para mejorar la comprensión de las cepas de baja patogenicidad de B. hyodysenteriae. De todos modos, hasta que tengamos más respuestas, el protocolo más razonable es una estricta evaluación clínica rutinaria seguida de la recogida de muestras de todos los casos sospechosos y el cerrado de la granja hasta recibir los resultados.

Fuente: 3tres3