¿Hay diferencias entre los alimentos orgánicos y los no orgánicos?

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La batalla entre los beneficios nutricionales de los alimentos orgánicos contra los más convencionales parece estar cambiando poco a poco el juego de la alimentación del mundo.

El sello ‘orgánico’ está de moda. A día de hoy esta palabra se asocia con ‘natural’ y lo natural se asocia con ‘bueno’. Sin embargo, el debate está servido pues pocas son las evidencias que defienden científicamente las bondades de los alimentos orgánicos con respecto de los alimentos procesados. Sin embargo, un reciente estudio podría suponer una piedra de toque para la alimentación. Según la investigación, liderada por la Universidad de New Castle, la leche y la carne con el sello ‘orgánico’ podría contener más sustancias beneficiosas que sus contrapartidas procesadas. Además, también tendrían menos sustancias negativas. Aunque es un tema muy controvertido, los resultados parecen bastante sólidos. ¿Es hora de cuestionar algunos puntos nutricionales?

Carne y leche de calidad

El estudio concreta que: la leche y la carne con el sello ‘orgánico’ muestra un 50% más de ácidos grasos omega-3 beneficiosos; la carne contiene algo menos de ácidos saturados ‘malos’ (en concreto palmítico y mirístico); la leche orgánica tiene un 40% más de ácido linoléico conjugado bueno; y, por último, la leche orgánica contiene una ligera concentración mayor de hierro, vitamina E y algunos carotenoides, todos beneficiosos, además de algo de selenio u yodo adicional, ambos oligoelementos importantes. En definitiva, el estudio clama que la leche y la carne orgánicos son productos de calidad, más beneficiosos y menos perjudiciales que los alimentos convencionales. El estudio es uno de los catalogados como ‘meta-estudios’, es decir, una investigación que reúne y analiza los datos obtenidos por otros investigadores para sacara unas conclusiones.

Existen muy pocos estudios y los pocos que hay no siempre son los suficientemente conclusivosEn concreto, el equipo ha analizado casi doscientos artículos y sobre la leche y casi setenta sobre la carne. Entre las conclusiones que obtienen se encuentra la necesidad de hacer más estudios comparativos pues, ‘existen muy pocos y los pocos que hay no siempre son los suficientemente conclusivos‘, afirman. Precisamente, los meta-estudios pretenden combatir este aspecto analizando la literatura existente y unificando los criterios para fortalecer o retractar los resultados. Así, el equipo lo ha dejado claro: la carne y la leche orgánicas son mejores en calidad y más beneficiosos para la población. En especial por la cantidad de ácidos grasos omega-3, los cuales ayudan a prevenir enfermedades vasculares y del corazón; y de las cuales los europeos no tomamos los suficientes.

¿En qué se diferencian?

Para resumir y traducir los resultados, lo que dice el equipo es que la carne y la leche orgánicos pueden ayudarnos a combatir una alimentación rica en grasas ‘malas’, que termina provocando problemas vasculares (de riego sanguíneo, trombos, infartos…). También nos proporciona una mayor concentración de otros nutrientes necesarios y difíciles de encontrar. Otro resultado interesante es que se muestran menos incidencias de ciertas enfermedades (como eccemas y problemas cutáneos) en bebes y niños de corta edad. En definitiva, según el meta-estudio, la carne y la leche orgánicas son mejores para la salud. Esto se debería a la mejor alimentación de los animales, así como a su trato, lo que cambia sustancialmente la composición corporal de nutrientes.

El imperio de los alimentos orgánicos

Hay que dejar claro que este estudio no es extrapolable a cualquier cosa que lleve el sello ‘orgánico’. Así, por ejemplo, en cuestiones de frutas y verduras existen posiciones encontradas al respecto. No obstante, lo que reina, sobre todo, son estudios poco consistentes, tanto orientados a un lado como al otro. Esto pone de manifiesto una necesidad: hay que investigar más. Si confirmamos que las ventajas de los alimentos orgánicos son reales, entonces habrá que plantear un nuevo paradigma nutricional. Sin embargo, hasta llegar a ese punto todavía quedan muchos estudios que hacer. Estudios como el presentado por la universidad de New Castle, por ejemplo.

Hasta entonces, los sellos de alimentos orgánicos se han impuesto como la norma de lo más sano y beneficioso cuando, como mínimo, no tenemos la certeza de que eso sea así. No todo los alimentos sellados como orgánicos son lo que prometen ser. Es más, a pesar de los intentos de las autoridades por regular el sistema de una manera adecuada, algunos productos supuestamente orgánicos no cumplen con el ‘espíritu’ de los alimentos orgánicos reales. Por otro lado, los alimentos orgánicos se ligan a aspectos político sociales cuyos intereses económicos no terminan de estar claros.

En cualquier caso, el sello ‘orgánico’ todavía tiene que concretarse y crecer para poder defender las ventajas nutricionales en la sociedad. A la par, la investigación ha de hacerse eco y mejorar las investigaciones existentes hasta la fecha. Solo, de esta manera, podremos algún día confiar en los alimentos orgánicos sin lugar a dudas. Y eso que los alimentos orgánicos prometen múltiples beneficios: mejor calidad, mejor trato animal y más limpieza medioambiental. Solo estamos a la espera de que la ciencia confirme, sin lugar a dudas, de que se cumplen los compromisos.

Fuente: hipertextual