“La silenciosa amenaza global de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) tiene un gran impacto en el sector agroalimentario”, ha destacado Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) al presentar el nuevo plan quinquenal de la FAO para ayudar a los miembros a afrontar el desafío de la RAM.
Los impactos de la resistencia a los antimicrobianos pueden provocar “pérdidas económicas, disminución de la producción ganadera, pobreza, hambre y desnutrición, en particular en los países en vías de desarrollo”, señaló Qu en las palabras de apertura de un seminario web informativo sobre el tema, organizado por la FAO como parte de la semana de concienciación sobre la RAM.
El director ha explicado que las bacterias, los hongos y otros microbios pueden, cuando se exponen repetidamente a antibióticos y otros antimicrobianos, volverse resistentes a los tratamientos destinados a matarlos o suprimirlos, haciendo que los medicamentos sean ineficaces y generando el espectro de “superbacterias” incontrolables.
Asimismo, alrededor de 700.000 muertes humanas cada año están relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos, “y el número puede elevarse a 10 millones para 2050 si no se toman medidas para mitigar los riesgos”.
La RAM es un riesgo particular para la agricultura (el sector ganadero es el principal usuario de antimicrobianos), ya que el uso indebido o excesivo genera una resistencia que diezma a los animales y los medios de vida que dependen de ellos. Los antimicrobianos también se utilizan en cultivos, especialmente arroz y tomates, y en la acuicultura para evitar pérdidas de producción.
“La disponibilidad de medicamentos eficaces que salvan vidas es esencial en la producción animal y agrícola. El control eficaz de la resistencia a los antimicrobianos es una responsabilidad compartida de los productores, consumidores, inversores y responsables políticos de los sistemas agroalimentarios mediante buenos ejemplos y mejores prácticas”, añadió.
En la misma línea, la FAO también está trabajando con sus socios para establecer, con la ayuda de cientos de aportaciones de todo el mundo, una plataforma de asociación de partes interesadas, que estará operativa en 2022 y garantizará que se aborden todos los aspectos y todos los niveles del espectro de amenazas de la resistencia a los antimicrobianos.
Un nuevo Plan de acción de la FAO sobre resistencia a los antimicrobianos 2021-2025, será una guía para el apoyo de la FAO a sus miembros. El director señala que debido a que los microbios resistentes cruzan las fronteras, un esfuerzo global es la única forma de asegurar que todos estén protegidos. Entre sus principios clave se encuentran la necesidad de evidencia basada en la ciencia para identificar y gestionar los riesgos de RAM antes de que se conviertan en emergencias a gran escala, la utilidad de la vigilancia y la capacitación en todo el mundo, la importancia de incentivar y empoderar a las partes interesadas para transformar la conciencia de los riesgos de RAM en actos.
El objetivo primordial de las acciones contra la resistencia a los antimicrobianos “ahora no es erradicar el uso de antimicrobianos sino preservar su utilidad, especialmente porque la cantidad de alimentos producidos para los seres humanos en los próximos 30 años será la misma que la producida en los últimos 10 000 años. Necesitamos que los antimicrobianos sigan funcionando durante el mayor tiempo posible para ganar tiempo para el descubrimiento de nuevos fármacos”, afirma.
El Plan de Acción sigue un enfoque de “Una Sola Salud”, y señala varias posibles mejoras en las prácticas agrícolas para controlar mejor la RAM, desde una buena nutrición para las personas y los animales, la vacunación, la higiene, el saneamiento y la genética, entre otras áreas. Otro enfoque clave es la gestión de desechos, ya que los antimicrobianos vertidos por humanos y animales, así como por hospitales y mataderos, pueden ingresar al medio ambiente y acelerar la aparición y propagación de cepas y genes resistentes. El plan exige más investigación y vigilancia relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos en los sectores de cultivos, acuicultura y medio ambiente.
La FAO ya ha ayudado a más de 40 países en vías de desarrollo, a implementar planes de acción nacionales frente a la resistencia a los antimicrobianos. También facilita el acceso a recursos y redes técnicas y ha desarrollado un conjunto de herramientas para ayudar a los países a ampliar su acción a más sectores de la alimentación y la agricultura.
“La FAO está aplicando ciencia y tecnología modernas y desarrollando enfoques innovadores para ayudar a los miembros a afrontar nuevos desafíos y hacer que los sistemas agroalimentarios sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”, ha explicado el director general.