La prueba del principio de la terapia o “fagoterapia” en los animales ha sido determinada para varios patógenos de las aves especialmente Salmonella, Campylobacter y Escherichiacoli.
Los bacteriófagos, son virus que específicamente infectan bacterias, no son peligrosos para los humanos, animales o plantas. Desde que fue hipotetizada su actividad antibacteriana por Twort en 1915, y descubiertos por d’Herelle en 1917, se utilizaron y se utilizan en algunas partes del mundo. En occidente, el uso de antimicrobianos hizo desaparecer el concepto y el interés por su investigación, sin embargo vienen ganando cada vez más importancia debido a la aparición de cepas de bacterias multi resistentes, reporta Actualidad Avipecuaria.
Los bacteriófagos son los entes más abundantes de la naturaleza y se encuentran en los ambientes que colonizan sus hospederos: las bacterias y los de origen aviar tienen una mayor diversidad cuando son comparados con otras especies. Por ejemplo, los fagos de granjas de aves son diferentes que los aislados de granjas de cerdos, aunque ambos grupos pueden infectar eficazmente cepas de Salmonella presentes en granjas de ambas especies. Desde la perspectiva de desarrollo de un producto, esto sería ventajoso ya que un mismo coctel de fagos mixtos puede utilizarse tanto en granjas de aves como en cerdos.
Como la Salmonella es un agente patógeno que habita en el tracto gastrointestinal de los animales, la posibilidad de aislar fagos que infecten esta bacteria es alta si se buscan en el intestino de los animales o en sus heces. Se ha descrito que el aislamiento de fagos puede ser indicativo de la presencia y abundancia de Salmonella en un determinado ambiente, ya que existe una correlación positiva entre los fagos aislados y la prevalencia de Salmonella en granjas.