La Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania ha utilizado el potencial de los sistemas de información geoespacial, con información por satélite en tiempo real, para proteger las granjas de las enfermedades animales. Los sistemas de información geoespacial han sido utilizados para evitar el contagio de enfermedades animales en granjas de cerdos y explotaciones avícolas. Investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania (Penn Vet) han desarrollado un programa que facilita a los ganaderos información sobre cómo han enfermado sus animales y que incluso sirve para evitar que el mal se propague por las explotaciones.
El programa, que ha sido dirigido por la investigadora Meghann Pierdon, está basado en los sistemas de información geoespacial o geográfica (SIG), que utilizan, entre otras tecnologías, información en tiempo real transmitida por satélite. La utilización de estas infraestructuras de información sirve para identificar puntos críticos de enfermedades actuales y emergentes, compartir información sobre brotes con los productores y elaborar estrategias comunitarias para controlar enfermedades animales.
Pierdon utiliza los datos SIG para actualizar un sitio web seguro con un mapa que ilustra, en tiempo casi real, el lugar donde han realizado pruebas para detectar enfermedades en los cerdos o las aves de corral, e identifica áreas que pueden estar en riesgo. La base de datos se actualiza trimestralmente para garantizar su precisión y está abierta a los productores.
El programa, que nació en 2012 y al principio monitorizaba cerdos, ha sido un éxito y la idea que subyace es la de proporcionar datos útiles para que los ganaderos puedan disponer de información y tomar decisiones en base a dichos datos.
REDUCIR LA PROPAGACIÓN DE LA ENFERMEDAD
“Por ejemplo, podemos establecer zonas protegidas donde solo queremos cerdos negativos”, apunta Pierdon, quien explica que “los productores
pueden tomar decisiones basadas en esa información, como tener cuidado si compran comederos del área infectada o evitar que un camión de alimentación que se encontraba en una granja con una enfermedad activa vaya directamente a su granja. Todo ello para ayudar a reducir la propagación de la enfermedad”.
La primera enfermedad que monitorizó el programa fue el Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS). Ahora, un patógeno emergente, el virus de la diarrea epidémica porcina, ha entrado en el ámbito del programa.
Este sistema se está aplicando tanto en granjas de cerdo como en explotaciones apícolas y ya ha sobrepasado las fronteras de Pensilvania, aplicándose en otros territorios estadounidenses.
En cuanto al porcino, un veterinario, o un ganadero, completa una plantilla con datos básicos como la dirección de la granja, de dónde provienen los cerdos y hacia donde se dirigen. Por el lado de las aves de corral, la mayoría de los datos llegan a través del laboratorio.
El objetivo principal del programa es disminuir el número de granjas afectadas por un brote. Asimismo, además de proporcionar asistencia y apoyo a las explotaciones ganaderas, Penn Vet también trabaja con agencias federales y estatales.
Mientras el Gobierno estadounidense rastrea las amenazas de enfermedades extranjeras como la fiebre aftosa, el enfoque de Pierdon es monitorear enfermedades que se vislumbran como una amenaza para los ganaderos pero que no son reportables al gobierno. “Realmente se trata de mejorar e implementar la bioseguridad”, explica la investigadora universitaria, quien añade que los datos que recopila ayudan a las agencias a comprender cómo se estructura la industria.
No importa dónde se implemente el sistema, el objetivo principal es disminuir la cantidad de propagación de enfermedades y dar a los productores control sobre la protección de sus granjas u operaciones, explican desde Penn Vet.
Referencia: http://bit.ly/38HxE5o