Los minerales son nutrientes que, al igual que sucede con las vitaminas no aportan energía, pero realizan otras funciones importantes:
Son constituyentes de huesos y dientes.
Regulan la composición de líquidos del organismo.
Intervienen en la coagulación sanguínea.
Mantienen el tono muscular y el impulso nervioso.
Los minerales son más estables y se destruyen con más dificultad que las vitaminas.
El contenido en minerales de los alimentos depende de:
Las condiciones de cultivo y obtención de los alimentos.
Las condiciones de almacenamiento.
Las interacciones con otras sustancias que ocurren a nivel intestinal.
Sin embargo, los minerales y las vitaminas han perdido en gran medida su interés práctico en la alimentación de los animales al ser añadidos en los piensos compuestos, por lo que en la práctica es raro que se presenten trastornos debidos a carencias de estos nutrientes (además, los animales suelen poseer reservas orgánicas de la mayoría de estos nutrientes).
Por esta razón, vamos a empezar explicando cuáles son los síntomas generales que se producen por un consumo inadecuado de minerales, para luego pasar a ver de forma muy breve los síntomas específicos que se pueden producir por un consumo inadecuado de alguno de los minerales mencionados anteriormente.
SÍNTOMAS POR DEFICIENCIAS DE MINERALES
Las manifestaciones producidas por una deficiencia en minerales son bastante inespecíficas:
Crecimiento retardado.
Pérdida de apetito.
Menor resistencia a enfermedades.
Disminución de la producción, etc.
Además, la identificación específica de las deficiencias poco intensas de minerales es realmente difícil. Así, por ejemplo, la anemia es una característica de las deficiencias de hierro, cobre, cobalto, y vitaminas K, B12 y ácido fólico, pero también constituye una manifestación de las intoxicaciones por molibdeno, selenio y zinc, por esta razón si la deficiencia no es intensa es muy difícil diagnosticar cuál es el mineral que la produce.
SÍNTOMAS POR UN EXCESO DE MINERALES
Es importante tener presente que los minerales suministrados en cantidades muy superiores a las recomendadas pueden provocar:
Toxicidad debido a su actividad metabólica (por ejemplo, intoxicaciones por exceso de cobre).
Además, a nivel intestinal, el exceso de determinados minerales interfiere en la absorción de otros. Así, por ejemplo, cuando el ganado vacuno consume un exceso de fósforo, se origina una mala absorción del calcio que ingiere en su dieta.
Fuente: http://www.viaganadera.com/aseava/revistanueva/revista_27/27_8_1.htm