Negociación del TLC se va hasta el 2018

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Tanto México como Canadá se niegan a renunciar a ventajas injustas y rechazan cosas que en el TPP ya habían aceptado, lo que retrasa las negociaciones, recriminó Lighthizer, al finalizar la cuarta ronda.

Arlington, EU. México y Canadá no cedieron a ninguna de las principales peticiones presentadas por Estados Unidos en la mesa de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que expresamente no estaba en los planes del gobierno del presidente Donald Trump.

“Francamente estoy sorprendido y decepcionado por la resistencia al cambio de nuestros socios negociadores en ambos frentes”, dijo Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca.

Lighthizer cuestionó que ni México ni Canadá acepten cambios en el TLCAN que tienen el propósito preciso de reducir el déficit comercial de Estados Unidos y criticó que ambos países tampoco otorgaron concesiones secundarias en otros asuntos, retrasando el avance de la negociación.

Flanqueado por Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, e Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, quienes lo miraban fijamente, Lighthizer lanzó una amenaza: “El TLCAN es, hasta cierto grado, un acuerdo de inversiones, y es poco razonable esperar que Estados Unidos continúe fomentando y garantizando a las empresas estadounidenses invertir en México y Canadá principalmente para exportar a Estados Unidos”.

Deploró también que los dos vecinos de Estados Unidos no aprobaron ciertos cambios que ya habían aceptado como parte del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un tratado de libre comercio firmado entre 12 naciones, pero que finalmente rechazó Trump.

“Hubiera pensado que por ahora podríamos haber aprobado capítulos relacionados con el comercio digital, las telecomunicaciones, la anticorrupción y varios de los anexos sectoriales, por ejemplo”, dijo, con un dejo de recriminación. Luego cuestionó que México y Canadá han disfrutado años de ventajas “injustas” que no están dispuestos a renunciar.

“No hemos visto indicios de que nuestros socios estén dispuestos a realizar cambios que puedan resultar en un reequilibrio y una reducción en estos enormes déficits comerciales”, dijo.

Leyendo desde un comunicado conjunto, Lighthizer anunció que las tres partes hicieron algunos progresos durante la cuarta ronda en áreas como aduanas y comercio digital así como “ciertos anexos sectoriales”.

Manteniendo una misma línea, México y Canadá coincidieron en rechazar peticiones de Estados Unidos sobre reglas de origen automotriz medidas por país; cambios en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas; una cláusula para que el TLCAN muera automáticamente cada cinco años, a menos que las partes lo renueven, y la eliminación del Capítulo 19, el cual permite el establecimiento de un mecanismo de solución de controversias en materia de dumping y subsidios prohibidos.

En su intervención, Freeland dijo que algunas de las propuestas de Estados Unidos violarían las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y planteó que las reglas de origen en el sector automotriz sugeridas por el gobierno de Trump “interrumpirían severamente” las cadenas de suministro, harían que los fabricantes de América del Norte sean menos competitivos en relación con las importaciones de fuera de la región y pondrían en peligro decenas de miles de empleos en América del Norte.

“Somos buenos vecinos, pero necesitamos buenos mecanismos para la resolución de controversias”, dijo Freeland.

Guajardo reprobó que Estados Unidos insista en establecer una cláusula de renovación quinquenal del TLCAN, dado que esto conlleva menor certidumbre para las inversiones en América del Norte.

POSTERGAN LA QUINTA RONDA

Los negociadores retrasaron el inicio de la quinta ronda con el objetivo de replantear posiciones ante la inmovilidad de las mismas sobre los temas torales.

La próxima ronda, que se había programado tentativamente del 29 de octubre al 2 de noviembre, se realizará del 17 al 21 de noviembre en la Ciudad de México. Este nuevo plazo, de un mes, tiene como fin trabajar en unir las “brechas conceptuales” puestas en las mesas de negociaciones, comentó Lighthizer. También se acordó extender las conversaciones hasta el primer trimestre del 2018.

Freeland dio la bienvenida a la pausa más larga entre las rondas, diciendo que esperaba que el tiempo extra produjera “perspectivas frescas y creativas”.

A su vez, Guajardo informó que habrá una reunión con los jefes negociadores en diciembre en Washington DC, sin precisar la fecha, y, posteriormente, se seguiría con el calendario normal, para que la sexta ronda de negociaciones, a nivel ministerial, se celebre en Canadá.

Una negociación atípica

Arlington, EU. Todo terminó donde comenzó, con una simple diferencia. En su campaña, Donald Trump ofreció cambios al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) considerados como inaceptables o “líneas rojas” por México y Canadá. Ahora es lo mismo, sólo que las propuestas están puestas en papel en la mesa de negociaciones.

México y Canadá han dejado más que claro que no cruzarán esas líneas y que ninguno se levantará de la mesa. Es un no rotundo y respaldado por los sectores productivos y los congresos de ambos.

¿Por qué entonces Estados Unidos se aferra a su misma posición? Lo único que en los hechos ha cambiado intermitentemente es la reacción de los mercados financieros. Entre más fricciones y mayores efectos contraproducentes contra México y Canadá se anticipen, sus monedas o sus mercados de valores pueden caer en esa misma medida. Los especuladores han sido protagonistas.

“Debemos entender que todos tenemos límites”, dijo Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, a Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, al término de la cuarta ronda de negociaciones.

Las propuestas de Estados Unidos “hacen retroceder el reloj”, le cuestionó Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá.

¿Cuál es la estrategia de Estados Unidos? Nadie la entiende. ¿Para presionar? Ya se ha decantado que Canadá y México prefieren el plan B. ¿Para salirse del TLCAN? Muchos dicen que es como darse un balazo en el pie.

“A pesar de nuestras diferencias actuales, debemos asegurarnos de que las decisiones que tomemos hoy no vuelvan y nos atormenten mañana”, advirtió Guajardo a Lighthizer.

Hay dos esperanzas para quienes están en favor del TLCAN: mientras haya mesa de negociaciones, puede haber un acuerdo para actualizarlo, o en tanto no haya un acuerdo y nadie se salga, el TLCAN seguirá funcionado como hasta ahora.

Algunos creen que Trump puede sacar a Estados Unidos del TLCAN. Pero si este es el propósito por sí mismo, ¿para qué negociar?

Es pertinente una corrección en el inicio de esta historia: Trump prometió en campaña sacar a Estados Unidos del TLCAN. Ahora negocia, aunque con un gran enigma.

Fuente: El Economista