El papel de los alimentos para animales en la mejora de la respuesta inmune

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En la lucha contra la resistencia a los antibióticos, una mejor comprensión del vínculo entre la alimentación y la inmunidad puede mejorar la eficiencia de la producción. El sistema inmune de un animal utiliza mecanismos de regulación complejos para lograr tres objetivos principales: reconocer cualquier partícula o patógeno que sea nocivo para el cuerpo, neutralizarlo y luego deshacerse de él. Lea el informe completo sobre alimentación animal y respuesta inmune exclusivamente en la edición de abril de Feed Strategy.

El sistema inmune innato comienza con la piel y la mucosa actuando como una barrera física. Después de este primer paso, se basa en moléculas, como los lisosomas, y las células de fagocitosis, como los mastocitos. Los mecanismos complejos activarán respuestas inmunes adaptativas, de las cuales la inflamación es una reacción natural. Las células de inmunidad, como las células T y los granulocitos, se producen en los órganos linfoides primarios: timo, médula ósea y, específicamente para las aves, en bursa fabricus. Esas células migran a los órganos linfoides secundarios, como el tejido linfoide asociado al intestino (GALT): nódulos linfáticos mesentéricos, folículos linfoides aislados y parches de Peyer.

‘Los agentes de inmunidad son bastante numerosos en el tracto digestivo de un animal’, dijo Delphine Le Roux, profesora de inmunidad en la Escuela Nacional de Veterinaria de Alfort (ENVA), una institución francesa de medicina veterinaria. Debido a que gran parte del sistema inmune reside en el tracto digestivo, los investigadores se centran cada vez más en la conexión entre la alimentación y la inmunidad para comprender mejor las formas en que la dieta de un animal puede contribuir a un buen mantenimiento de la salud.

Fuente: WATTAgNet