Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2016-2025

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Perspectivas Agrícolas 2016-2025 es un trabajo conjunto de la OCDE y la FAO. Esta obra reúne el conocimiento que ambas organizaciones tienen sobre productos básicos, políticas y países, así como la aportación de los países miembros colaboradores, para ofrecer una evaluación de las perspectivas a mediano plazo de los mercados nacionales, regionales y mundiales de productos básicos agrícolas. Perspectivas proporciona estimaciones de la oferta, la demanda, el comercio y los precios de los principalesproductos básicos agrícolas para 41 países en 12 regiones geográficas. El tema del capítulo especial de la edición de este año se centra en las perspectivas y desafíos del sector agrícola en África Subsahariana.

Resumen

Los precios de los principales cultivos, ganado y productos pesqueros, sin excepción, bajaron en 2015; eso indica que es muy probable que la era de los precios altos haya terminado para todos los subsectores. Los precios de la carne cayeron de máximo históricos en 2014, los precios de los productos lácteos continuaron descensos que empezaron en 2013 y 2014; mientras los precios de los cultivos disminuían aún más de sus niveles máximos de 2012. Los principales factores tras los precios más bajos han sido varios años de crecimiento sólido de la oferta, lo que debilita el crecimiento de la demanda por la desaceleración económica general, los precios del petróleo más bajos y una mayor acumulación de las ya abundantes existencias.

A lo largo del periodo de diez años que cubre esta obra, se espera que el crecimiento de la demanda disminuya progresivamente. El crecimiento de la población mundial, el principal impulsor de los aumentos de la demanda, está disminuyendo; mientras el crecimiento del ingreso en las economías emergentes se prevé que sea más débil. Al mismo tiempo, los consumidores, sobre todo en las economías emergentes muy pobladas, muestran cada vez menos predisposición a gastar los incrementos de sus ingresos en el consumo de alimentos más básicos. La demanda de carne, productos pesqueros y lácteos aumentará en forma relativamente fuerte, lo que provocará una mayor demanda de forraje, en especial de cereales secundarios y harinas proteicas. Se prevé que la demanda de productos básicos agrícolas para la producción de biocombustible se estanque por los precios más bajos de la energía y las políticas de biocombustibles más conservadoras en varios países.

Se proyecta que el aumento del consumo en los países en desarrollo, bajo los supuestos de la proyección de referencia, reduzca la proporción mundial de personas desnutridas, de 11% a 8% en los próximos diez años; y que el número total de personas desnutridas disminuya de 788 millones a menos de 650 millones.

Sin embargo, la desnutrición en África Subsahariana sigue siendo alta, y en diez años la región representará más de una tercera parte del total mundial de personas desnutridas en comparación con un poco más de un cuarto en la actualidad. Muchos países se enfrentarán a una carga compleja de desnutrición (muy pocas calorías), obesidad y deficiencia de micronutrientes (con regímenes alimenticios desequilibrados, un problema común). Tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, se prevé que el consumo de azúcar, aceites y grasas aumente más rápido que el consumo de alimentos básicos y proteínas, lo que en gran parte se debe a que la gente consume productos alimenticios más procesados.

Se prevé que el aumento en la demanda de alimentos se satisfaga mediante incrementos de productividad, con cambios moderados en el área de cultivo y los hatos ganaderos. Se proyecta que las mejoras de rendimiento representen el 80% del aumento de la producción de cultivos Hay ciertas posibilidades de incrementar la sustentabilidad del área agrícola, sobre todo en muchas partes de América Latina y África Subsahariana. La mayor parte de la nueva área de cultivo en África se dedicará a los cereales, mientras que la expansión en América Latina se centrará en la soya. Se espera que el rendimiento crezca con más lentitud en los principales países productores, ya que progresivamente se dificulta más hacer que la frontera tecnológica avance. Pero hay asimetrías de rendimiento importantes en muchos países en desarrollo, sobre todo en África Subsahariana, y disminuirlas contribuiría considerablemente a la oferta mundial.

Con un crecimiento general del mercado que se proyecta disminuya, se prevé que el comercio agrícola aumente aproximadamente a la mitad de la tasa de la década anterior. Sin embargo, para la mayoría de los productos agrícolas una participación constante de la producción sigue comerciándose en los mercados mundiales. El hecho de que relativamente pocos países tengan abundantes recursos naturales significa que el comercio se volverá más importante para la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, el comercio de los productos alimenticios básicos se ve limitado por la búsqueda de políticas de autosuficiencia alimentaria en varios países, y por un cambio estructural en aras de un mayor comercio de productos con valor agregado.

Para la mayoría de los productos básicos agrícolas, las exportaciones mundiales se concentran entre unos pocos países proveedores clave. Para todos los productos que cubre esta publicación, los cinco principales exportadores representarán al menos el 70% de las exportaciones totales, y solo dos o tres países dominarán el suministro de algunos productos básicos. En cuanto a las importaciones hay menos concentración, aunque la República Popular China (en lo sucesivo China) es un mercado decisivo para algunos productos básicos; sobre todo para la soya, pero también para los productos lácteos y los cereales secundarios que no sea maíz. La dependencia de las importaciones de alimentos de las regiones con pocos recursos, especialmente África del Norte y Medio Oriente, se proyecta que se intensifique.

Con un crecimiento de la oferta y de la demanda igualado en general, se proyecta que los precios reales de los productos agrícolas permanezcan relativamente uniformes. Sin embargo, habrá algunos cambios relativos en los precios que reflejen ajustes en la composición de la demanda, así como diferencias en las condiciones de la oferta, como la facilidad relativa de incrementar la producción en América Latina en comparación con Asia. En términos generales, se proyecta que los precios del ganado aumenten en relación con los precios de los cultivos, y que los precios de los cereales secundarios y las semillas oleaginosas aumenten con relación a los precios de los alimentos básicos. Es probable que esas tendencias estructurales sean más evidentes en el contexto actual de los precios más bajos en todos los grupos de productos básicos.

Perspectivas está sujeta a un amplio conjunto de incertidumbres, lo que incluye las variaciones en los precios del petróleo, los rendimientos y el crecimiento económico. Si las variaciones históricas en estos factores continúan, entonces hay una gran posibilidad de al menos una grave fluctuación de precios en los próximos diez años. Esos movimientos holgados de precios interanuales pueden ocultar tendencias de largo plazo. El cambio climático también puede contribuir a esta incertidumbre, sobre todo si se intensifica la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos.

Además, hay varias incertidumbres en materia de política pública. Una se refiere a los cambios recién anunciados por China en su política de cereales, lo que incluye fijar precios internos y la gestión de las existencias. La edición actual de Perspectivas asume que esos cambios posibilitarán que China cumpla con su objetivo interno de mantener un alto coeficiente de autosuficiencia en el maíz, sin perturbar gravemente los mercados internacionales. Sin embargo, el momento y la escala de la liberación de existencias es una incertidumbre muy importante que subyace en las proyecciones. Un riesgo más se relaciona con la prohibición de las importaciones impuesta por Rusia, que se supone expira a finales de 2017.

Fuente: FAO