Incubación es el acto por el que los animales ovíparos (sobre todo las aves) empollan o incuban los huevos sentándose sobre ellos para mantenerlos calientes y así se puedan desarrollar los embriones.
Antecedentes
La incubación artificial de los huevos avícolas es una práctica muy antigua. Aristóteles escribía en el año 400 A.C. que los egipcios incubaban huevos espontáneamente en pilas de estiércol. Los chinos desarrollaron la incubación artificial por lo menos hacia el año 246 A.C. A menudo, estos primeros métodos de incubación se practicaban a gran escala, donde un solo lugar quizás tenía la capacidad de 36,000 huevos.
La aplicación de los principios de incubación era un secreto celosamente guardado, que pasaba de una generación a otra. La temperatura adecuada se juzgaba al colocar un huevo incubado en la órbita del ojo de una persona para hacer una determinación precisa. Los cambios de temperatura se efectuaban en la incubadora al mover los huevos, al añadir más de éstos para usar el calor del desarrollo embrionario de los huevos más viejos y mediante la regulación del flujo de aire fresco a través del área de nacimientos.
Evidentemente, la humedad no representaba un problema ya que las incubadoras primitivas se ubicaban en zonas muy húmedas y la fuente de calor, que a veces era material encendido, proporcionaba agua alrededor de los huevos. El volteo de los huevos se hacía a veces hasta cinco veces en un periodo de 24 horas, después del cuarto día de incubación.
La construcción, uso y patente de las incubadoras artificiales en Estados Unidos datan de alrededor de1844. La incubadora Smith, prácticamente un cuarto grande con ventiladores para forzar el aire caliente en todas las partes de la cámara de incubación, se patentó en 1918. Fue el precursor de las incubadoras de hoy en día eficientes y a gran escala, que se usan para incubar huevos de pollos, pavos, patos y otros.
Las aves
Aunque algunos grupos, especialmente los megápodos, usan el calor geológico o el generado por la materia vegetal en putrefacción, ya que ésta al transformarse en abono produce la temperatura suficiente como para incubar los huevos, mientras que otros, como la cigüeñela cangrejera, utilizan parcialmente el calor del sol. Las gangas namaqua de los desiertos del sur de África necesitan enfriar sus huevos durante el momento más caluroso del día, colocando sus alas sobre ellos para sombrearlos. La humedad también es crítica, y si el aire es demasiado seco el huevo podría perder demasiada agua, lo que puede poner en peligro o incluso impedir que se produzca la eclosión.
En las especies que empollan, el trabajo se divide entre los sexos de varias maneras. El modelo más común puede ser que la hembra se encarga de toda la incubación, como en el cisne coscoroba o los vireos, o de casi toda, como es típico de los halcones. En algunas especies, como la grulla trompetera, el macho y la hembra se turnan para empollar el huevo. En cambio, los huevos del casuario son empollados únicamente por el macho. El chorlito llanero macho incuba la primera nidada, pero si la hembra pone una segunda, la incuba ella. En los hoacines, algunos individuos (mayoritariamente machos) ayudan a sus padres a incubar las nidadas posteriores.
Los periodos de incubación varían de 11 días (en pequeños paseriformes como el cuclillo piquinegro y el cuclillo pico amarillo de Norteamérica) a 85 días (en el albatros errante y el kiwi marrón). En éstos, la incubación es interrumpida, el más largo periodo no interrumpido es 64 a 67 días en el pingüino emperador.
Algunas especies comienzan a incubar con el primer huevo, de modo que los polluelos eclosionan a tiempos diferentes, otros comienzan al poner el último, de modo que los polluelos eclosionan a la vez.
Período de incubación
El periodo de incubación, es el tiempo comprendido entre la exposición a un organismo, químico o radiaciónpatogénico, y cuando los signos y síntomas aparecen por primera vez. El periodo puede ser tan corto como algunos minutos, o tan largo como treinta años en el caso de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Aunque latencia o periodo de latencia pueden ser sinónimos, a veces se hace una diferencia entre estos términos y el de Periodo de incubación – el periodo entre la infección y el inicio clínico de la enfermedad – y Periodo latente – el tiempo desde la infección hasta que se vuelve contagiosa – el cual suele ser más corto.
Una persona puede ser portador de una enfermedad, tales como Streptococcus en la garganta, sin exhibir ningún síntoma. Dependiendo de la enfermedad, una persona puede o no ser capaz de transmitir la enfermedad a otros durante el periodo de incubación.
Manejo en la incubadora
Antes de cargar los huevos en las máquinas de incubación, deben pasar por un período de precalentamiento, con objeto de evitar un cambio brusco de temperatura entre la mantenida en la sala de conservación y la de las máquinas de incubación, lo que daría lugar al ‘sudado’ de los huevos. En el caso de incubadoras de carga continua, también se evita incorporar una ‘masa fría’ a la máquina.
Cuando esta técnica se aplica con mayor antelación -algunos autores como Sauveur la llaman pre-incubación- lo que se pretende es anular los efectos del almacenamiento sobre la velocidad de desarrollo del embrión. Asimismo, permite compensar las diferencias existentes entre los distintos estados de desarrollo embrionario que se dan en el momento de la oviposición, siendo más resistentes al estrés del almacenamiento los huevos que, en el momento citado, contienen embriones en estado de gástrula que los que están en estado de pre-gástrula. Además de ser una característica de tipo genético, el estado de desarrollo embrionario en el momento de la oviposición parece estar también influenciado por la edad de la gallina (Mathes y Laughlin, 1979), de forma que las gallinas de más edad ponen huevos en un estado de desarrollo embrionario más avanzado que las más jóvenes.
Existen dos métodos principales de precalentamiento:
- Aumentar la temperatura durante ciertos períodos de tiempo en varias ocasiones a lo largo del almacenamiento
- Incrementar la temperatura durante unas horas inmediatamente antes de ponerlos a incubar
Quizás el primer método sea el más seguro, pero también el más pesado de realizar. Además, salvo en alguna especie como el pato de Berberia, esta práctica no tiene ningún efecto visible si el período de almacenamiento es corto.
Control de la temperatura
La temperatura de incubación de las especies domésticas se sitúa en un estrecho margen, entre los 37 y los 38ºC. Para las gallinas en concreto, la temperatura ideal de incubación es de 37,7 a 37,8ºC (Sauveur, 1988). También parece que el valor térmico ideal es diferente según se trate de incubadoras de carga continua o de carga única (todo dentro-todo fuera), puesto que en´estas últimas la temperatura se puede ajustar al valor adecuado al estado de desarrollo embrionario.
La importante necesidad de calor para incrementar inicialmente la temperatura de los huevos, dada además la escasísima producción de calor del embrión durante la primera semana, justificaban la generalización de la práctica de una carga continua (por tercios) de las incubadoras; los huevos que llevan más de una semana de incubación proveen de calorías a los más jóvenes. Ello no es óbice para que la carga de huevos origine siempre una perturbación en el ‘equilibrio interno’ de la incubadora, ni para la ya mencionada necesidad de calentar adecuadamente los huevos antes de introducirlos en la incubadora. La mínima precaución que se debe tomar es que la temperatura de los huevos destinados a ser introducidos en la máquina se iguale con la que hay en la sala de incubación (23ºC). Cuando se efectúa una carga única de la incubadora es preciso, lógicamente, forzar el calentamiento de los huevos durante la primera semana; por esta razón, algunas plantas de incubación trabajan esa semana a 38ºC.
Regulación de la humedad relativa
La humedad del espacio en el que se desarrolla la incubación requiere un riguroso control, en aras a obtener una óptima tasa de eclosión y un tamaño correcto del polluelo, ya que ambos parámetros están afectados por la pérdida de peso que sufre el huevo durante la incubación. El procedimiento habitual es regular la humedad en la incubadora de modo que dicha pérdida de peso se sitúe entre el 12 y el 14% (Visschedik, 1991). Esta pérdida de peso se debe únicamente a la pérdida de agua, puesto que el intercambio respiratorio del embrión no implica cambios en la masa del huevo. Esta pérdida de agua depende de:
- La humedad de la incubadora.
- La conductividad de la cáscara.
- La humedad relativa durante el proceso de incubación debe situarse entre el 50 y el 55%
Para conseguir la humedad necesaria se suelen emplear o bien boquillas nebulizadoras o bien palas móviles. Las primeras operan reguladas mediante una válvula solenoide, aunque tienen el inconveniente de que pueden obturarse con aguas muy duras. De ahí que sean preferibles los sistemas basados en unas palas móviles, accionadas automáticamente y situadas sobre una cubeta llena de agua, la que proyectan en el interior de las máquinas cuando ello se requiere. Quedan olvidadas ya las antiguas bandejas de evaporación, de manejo engorroso y control lento.
Posición y volteo de los huevos
Los huevos se deben de colocar con la parte grande (punta roma) hacia arriba para obtener mejores resultados. Sin embargo, se puede obtener una eclosión muy buena si los huevos se colocan de lado. Una muy mala eclosión va a ocurrir si los huevos se colocan en la incubadora con la parte puntiaguda hacia arriba.
Los huevos se pueden voltear varias veces al día para obtener una mejor incubabilidad. Esto va a garantizar que no se pegue el embrión al cascarón. El volteo se debe repetir a lo largo del día de 24 horas. No obstante, el volteo en la noche se puede eliminar, siempre y cuando se haga uno al final de la tarde y otro temprano en la mañana.
Los huevos se deben de voltear al menos cuatro veces durante un período de 24 horas. En las máquinas comerciales grandes, el volteo se hace mecánicamente controlado con un cronómetro.
Los huevos se deben de voltear en un plano de 90 grados lo más suavemente posible. El volteo se debe continuar hasta uno a tres días antes del nacimiento o hasta que los huevos ‘piquen’; después de esto, la posición y el volteo no van a tener efecto sobre los nacimientos.
Ventilación
Ya que el embrión en desarrollo recibe oxígeno de la atmósfera y libera dióxido de carbono, debe incorporarse a la incubadora la capacidad de ventilación. Mientras más huevos haya en el compartimiento de la incubadora y más viejo sea el embrión, más oxígeno se va a requerir.
Desarrollo embrionario
El desarrollo embrionario de una única célula fertilizada hacia el animal autosuficiente en un tiempo relativamente corto, es un proceso complejo y muy interesante. Debido a los diferentes periodos de incubación de las diferentes especies aviares, puede haber elementos característicos en el desarrollo del embrión a tiempos ligeramente diferentes. Para el pollo, en el cuadro 2 se indica los cambios significativos en el día en que es evidente cada cambio.
Fuente: EcuRed