¿Realmente le inyectan o alimentan HORMONAS a los pollos que consumimos?

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Desde los años 1940s se ha escrito sobre este tema que desde entonces y actualmente es controversial. Lo invitamos a leer opiniones de consumidores, declaraciones de productores y hallazgos de científicos al respecto. Esta controversia continúa bajo los reflectores, lo cual es evidenciado por una ponencia en el XV Congreso Latinoamericano de Avicultura, Septiembre 2017 por el Dr. Héctor M. Cervantes, mexicano radicado en los Estados Unidos y una autoridad mundial en ciencias avícolas.

A.¿Realmente le inyectan o alimentan HORMONAS a los pollos que consumimos? La Historia, El Mito, La Realidad y Pruebas científicas.

El mito (controversia, sic) del uso de hormonas en la cría de pollos, tiene su origen en los años 40 y principios de los 50, cuando se engordaban los pollitos machos que nacían de las razas seleccionadas exclusivamente para la producción de huevos.

Aquellos pollos, que en realidad eran un recurso secundario en la granja productora de huevos, requerían más de 4 meses para criarse y engordar, eran criados generalmente a la intemperie, comiendo lo que sobraba o encontraban, ya fueran cereales de mala calidad como los insectos que en su medio pudieran conseguir. Al requerir tanto tiempo para llegar a un tamaño razonable de comercialización, comenzaban a entrar en edad de procrear, lo que los volvía más fibrosos y con más proporción de plumas y huesos que carne.

Para retrasar la entrada en la pubertad se les inyectaba estrógenos en el cuello y así seguían aumentando de peso un tiempo más, operación que se conocía con el nombre de caponizar o castrar.Se trataba sin duda de una castración química.

Ya a fines de los años 50 comenzaron a realizarse las primeras selecciones genéticas que buscaban un ave exclusivamente para la producción de carne. Estas nuevas razas permitían engordar en menos tiempo tanto a los pollitos machos como las hembras: también se comenzaron a utilizar las ‘raciones balanceadas’ que tenían por objetivo cubrir todos los requerimientos proteicos, energéticos y vitamínicos del ave.

También comenzaron a construirse ‘galpones’ o ‘naves’ donde se resguardaban los pollitos de las inclemencias climáticas.

Estas primeras razas de engorde requerían poco más de 90 días para llegar al peso de faena, cerca de 30 días antes de que los machos alcanzaran la pubertad. Fue desde entonces que el uso de estrógenos cayó totalmente en desuso. Desde entonces el uso de hormonas en la cría de pollos constituye una ‘leyenda urbana’.

Han pasado más de 60 años desde que se seleccionaron las primeras razas de engorde y permanentemente se siguen perfeccionando por selección y cruzamientos, dando parámetros productivos y sanitarios envidiables por otras producciones de carne a base de cereales:9 solo la piscicultura tiene mejores índices de conversión alimenticia que el pollo. https://es.wikipedia.org/wiki/Mito_del_uso_de_hormonas_en_la_cría_de_pollos

B.Hormonas en carne de pollo: ¿mito o realidad? ¿Creencia popular? Las empresas lo desmienten, informan dónde surgió la versión y ofrecen una explicación

Desde entonces se han publicado innumerables declaraciones de consumidos, productores avícolas, nutriólogos y resultados de estudios científicos. Entre estas publicaciones mencionaremos solo algunos por ser representativas de muchas que se encuentran en la literatura mundial.

El pollo de hoy en día tiene un período de crianza muy corto, de alrededor de 50 días, logrando un crecimiento superior a los 50 gramos diarios, con un peso promedio a la faena de 2.600 gramos y un consumo de alimento aproximado de 5.200 gramos.

Estos resultados son el fruto de un intenso programa de selección aplicado por las líneas genéticas a sus pies de cría y a sus abuelos, para obtener líneas de reproductores capaces de transferirles a su descendencia, los pollos parrilleros, ese extraordinario ‘vigor híbrido’.

También es necesaria una nutrición adecuada, que les permita expresar todo este potencial genético; una eficaz medicina preventiva; y una exigente bioseguridad a fin de prevenir enfermedades infecciosas y parasitarias. No menos importante es el esmerado cuidado de las condiciones medio ambientales y el uso de los implementos adecuados, así como el correcto y cuidadoso manejo al que son sometidos los pollos durante estos escasos 50 días de crianza.

La hormona de crecimiento del pollo es específica, producida por el propio pollo: sólo puede hacer crecer a los pollos y no tiene ningún efecto sobre el ser humano ni sobre ninguna otra especie. Las otras hormonas de las que tanto los profesionales como la gente sospecha son los estrógenos o cualquier otra que pueda afectar el normal desarrollo sexual.

El mito

Existe un mito arraigado en el acerbo popular respecto del uso de hormonas en la producción avícola. Suponemos que el origen del mito de las hormonas y el pollo está relacionado con un hecho ocurrido en la década del 50, diez años antes del comienzo de la avicultura industrial.

En aquellos años se usó en Europa un estrógeno sintético denominado DES, cuya finalidad era ‘caponizar’ (castrar) hormonalmente a los pollos machos para obtener un mayor engorde y una carne más tierna (a las hembras se las destinaba a producir huevos). Este estrógeno sintético se aplicó en varias especies, y en avicultura se utilizó en gallitos de más de cien días de edad, que en aquel tiempo y a esa edad no pesaban más de 1,700 kg.

Fue una alternativa a la castración quirúrgica que se efectuaba ocasionalmente para lograr aves de tres kilos en seis meses y carne relativamente tierna. Se lo aplicaba como un implante en el cogote y la ingestión de los mismos con residuos de esta hormona sintética dio origen a un caso aislado de ginecomastia que tuvo difusión en textos de medicina.

Aunque ocurrió hace más de 50 años, la historia se popularizó y aflora esporádicamente, basada principalmente en el desconocimiento de cómo se crían, alimentan y qué base genética tienen los pollos hoy.

No se suministran hormonas. El pollo es un animal muy joven que presenta, durante todo su período de crianza, una extraordinaria capacidad de crecimiento. Debido a la edad en la que se los faena es fisiológicamente imposible que tengan respuesta a la aplicación de hormonas.
http://www.primeraedicion.com.ar/nota/229900/hormonas-en-carne-de-pollo-mito-o-realidad.html

C.Explicación científica

La explicación a esta falta de respuesta es muy sencilla. Está demostrado que el mecanismo de acción de los anabólicos hormonales es indirecto, es decir, actúan sobre el ‘eje somatotrópico del crecimiento’. Lo hacen estimulando los núcleos hipotalámicos encargados de elaborar y secretar el factor de liberación de somatotropina (GHRF), lo que a su vez desencadena la liberación de hormona de crecimiento (STH) por parte de la adenohipófisis. 

Este aumento de somatotropina circulante estimula la adenilciclasa a nivel de la membrana celular de los hepatocitos, con la consecuente transformación de ATP en AMP cíclico, lo que induce la expresión del gen IGFI, con el consecuente aumento de la producción e increción a la circulación periférica de somatomedinas (IGFI e IGFII) así como la de sus respectivas proteínas plasmáticas transportadoras (IGFBP). 

Estas somatomedinas circulantes son las responsables de los efectos sistémicos de la STH (Control endocrino del crecimiento). La STH también incrementa la producción local de IFGI y la expresión de los receptores IGFIR en diversos tejidos (óseo, muscular y adiposo), responsables del control paracrino o autocrino del crecimiento.

Ya que se trata de un animal muy joven, el pollo presenta durante todo su período de crianza un ‘eje somatotrópico del crecimiento’ trabajando naturalmente a pleno, con niveles muy altos de somatotropina y somatomedinas circulantes así como de expresión de receptores IGFRI en los tejidos periféricos. Esto torna prácticamente imposible lograr una respuesta, tratando de estimular iatrogénicamente un sistema que se encuentra trabajando a su máximo potencial.

Así, los consumidores sólo deben preocuparse porque los pollos tengan la identificación del productor responsable y el número oficial de habilitación del establecimiento por Senasa, información que encontrará en la bolsa que lo contiene, ya que desde la industria niegan la aplicación de anabólicos de ningún tipo.

Fuente: Cepa %u2013 Centro de Empresas Procesadoras Avícolas

http://www.primeraedicion.com.ar/nota/229900/hormonas-en-carne-de-pollo-mito-o-realidad.html

Científicos Mexicanos y de otros períodos publican y exponen los resultados de sus estudios

Científicos mexicanos como el Dr. Ricardo Cuetos, veterinario zootecnista profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y empresario avícola, el Dr. Nick Dale de la Universidad de Georgia y consultor internacional, el Dr. Raúl Calzada, quien además de haber tratado a la hija de otra amiga cuya menstruación también se adelantó, ahora es el jefe de Endocrinología del Instituto Nacional de Pediatría, el Dr. Mario Penz, Profesor e Investigador de una Universidad de Brasil, el Dr. Héctor M. Cervantes, mexicano radicado en los Estados Unidos y autoridad mundial en ciencias avícolas (tendrá una ponencia sobre el tema en el XV Congreso Latinoamericano de Aviculturra en Septiembre de 2017) y muchos otros ha expresado y publicado el resultados de sus estudios.

https://www.debate.com.mx/salud/Consumir-pollo-trae-consecuencias-para-la-salud-20150423-0068.html

https://www.youtube.com/watch?v=mpxMdqUKP5U

https://avicultura.info/desmontando-mito-las-hormonas-pollos-engorde/

https://www.engormix.com/avicultura/articulos/uso-hormonas-alimentacion-pollos-t27538.htm

http://www.elsitioavicola.com/articles/2454/siete-razones-por-las-que-los-pollos-no-se-alimentan-con-hormonas/

http://www.solla.com/sites/default/files/productos/secciones/adjuntos/hormonas en pollo es falso sollanotas.pdf

http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2012/08/06/211385.php