La gestión de una granja de reproductoras en 10 puntos (2/2)

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En esta segunda parte veremos la entrada a partos y condiciones de las parideras, la luz en cubrición-control, la gestión de los días perdidos y el personal.

  1. Chequeo de las reproductoras a la entrada en maternidad

A la entrada en partos debemos hacer un chequeo minucioso de las cerdas. La condición corporal es uno de los factores que más influyen a la hora de tener un buen parto (tabla 1).

Tabla 1: Signos y síntomas de las cerdas en la entrada a partos

Uno de los factores críticos es la presencia de estreñimiento que va ligada a un incremento del número de nacidos muertos y a la susceptibilidad a tener procesos entéricos en los lechones durante los primeros días de vida. Los días previos al parto, las heces deben ser examinadas para instaurar las medidas necesarias para la reducción del estreñimiento si fuera necesario (incremento de fibra, incremento de agua o uso de sulfato de magnesio). Por otro lado, verificar el consumo de agua en gestación y lactación, es una práctica conocida pero poco aplicada.

  1. Temperaturas y ventilación en las salas de partos

Siempre que hablamos del manejo de las condiciones ambientales en la sala de partos, hay que hablar de las dos temperaturas: la del lechón y la de la cerda. Es cierto que con temperaturas bajas en la paridera (entre 18ºC y 21ºC) el consumo de la cerda se incrementa; en cambio, el incremento de consumo de pienso al bajar de 24 a 18 ºC es muy bajo. Esto nos permite trabajar con temperaturas más altas que eviten las corrientes frías de aire que desencadenarían problemas de diarrea en lechones si el sistema de ventilación y aislamiento no es bueno.

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