Componentes ambientales y síndrome de cabeza hinchada en aves

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El ambiente interno del galpón afecta directamente a la salud de las aves y la expresión de los parámetros productivos. Por esta causa el granjero debe conocer qué tipo de gases y partículas están en contacto con las vías respiratorias de los habitantes del galpón y de los operarios.

Se pueden nombrar cuatro componentes de importancia:

Oxígeno (O2): es necesario para la continuidad de la vida. En las naves su concentración óptima debe ser del 21%, ya que niveles inferiores al 16% son perjudiciales para la salud y por debajo del 6% resultan mortales. La deficiente oxigenación del galpón traerá problemas pulmonares relacionados, como hipertensión pulmonar, acúmulo de líquidos en la cavidad celómica, ascitis y muerte por falla cardiaca. Se debe tener en cuenta la disponibilidad de oxígeno ambiental, ya que granjas ubicadas en altura tendrán una inferior presión parcial de oxígeno, lo que sumado a condiciones deficientes del ambiente del galpón derivan en los problemas antes nombrados.

Amoniaco (NH3): este gas se produce por la descomposición de la materia orgánica que compone a la yacija. Este tipo de gas tóxico y altamente irritante disminuye la calidad del aire y afecta de forma directa la salud de las aves y de los operarios que trabajan dentro del galpón.

Trabajar con galpones con concentraciones inferiores a 20 ppm de amoniaco permite obtener parámetros productivos esperados.

Concentraciones superiores a 20 ppm en el ambiente provocan congestión de mucosas, irritación ocular, lagrimeo, hipersecreción mucosa.

Valores de 50 ppm o más resultan peligrosas y afectarán el crecimiento.

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